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Lo mejor estuvo en el final, en la alegría enorme de los hinchas de Racing, en las remeras revoleadas por encima de las cabezas, en el grito visceral, en el aire fresco que dan los tres puntos para olvidar el infierno de los treinta y cinco grados a la sombra. El modesto, sencillo, austero, prolijo, práctico y limitado Racing mira el campeonato desde arriba, luego de la victoria en el clásico, y la gente celebró entusiasmada, como no podía ser de otra manera.
A falta de juego, buenos son los triunfos; a falta de méritos claros, bueno es el balance de situaciones de gol que los deja mejor parados; a falta de categoría para rematar el partido, buena es la resistencia heroica; a falta de Mostaza Merlo, bueno es Rivarola para meter jugadores que ayuden a sostener un resultado; a falta de serenidad para evitar una expulsión, bueno es el despliegue físico que compense la ausencia; a falta de un Matute Morales que se los gambetee a todos y defina con un toquecito sutil, bueno es un Guerrero que empuje la pelota debajo del arco después de una pelota cruzada mitad tiro al arco, mitad pase.
Los hinchas de Racing festejaron, como correspondía, un triunfo frente a Boca y no tenían por qué ir demasiado lejos en el análisis. Se le ganó a Boca y punto. Si Benítez no puso a los mejores; si Boca está más metido en la Copa que en el campeonato; si el técnico del rival hizo cambios desesperados, que favorecieron el esquema defensivo; si el partido pudo haber terminado en un empate, son cuestiones secundarias que no hacen a lo que ellos consideran el fondo de la cuestión.
En todo caso, cualquier hincha de Racing podrá hablar del mérito que implica haber jugado casi un tiempo entero en inferioridad numérica y exigirán un reconocimiento por haber ganado a pesar de Pezzotta, que no cobró un supuesto penal de Schiavi y que benefició a Boca al aplicar criterios disímiles en jugadas similares.
El partido tuvo dos caras bien diferentes, coincidentes con la división de etapas reglamentarias.
El primer tiempo fue parejo, lento, friccionado, con similar predisposición ofensiva, pero con más claridad en las llegadas de Racing. Un tiro de Barrado que tapó Abbondanzieri y otro de Guerrero desde muy cerca que también salvó el arquero se sumaron al gol. En el otro lado, Guillermo Barros Schelotto metió un tiro libre en el travesaño y Baiano casi clava otro junto a un palo.
El segundo tiempo giró al compás de la expulsión de Simeone, por doble amarilla. Rivarola metió a Torres por Guerrero y dejó un mensaje claro: “A defender que se acaba el mundo”. Benítez echó mano a todos los delanteros y volantes ofensivos a mano, y el equipo terminó jugando con Guillermo, Palermo, Delgado, Palacios y Guly, atacando con mucha vehemencia, poco orden y ninguna claridad, pese a lo cual pudo haber empatado. En realidad, no se lo merecía.

Racing 1
Lucchetti; Vitali; Cabral; Crosa; Pinola ; Barrado; Falcón; Simeone; Romero;Guerrero; L. López.
DT: Rivarola.

Boca 0
Abbondanzieri; Baiano; Schiavi; M. Rodríguez; Calvo; Ledesma; Gago; Cardozo; Donnet; B. Schelotto; Palermo.
DT: Benítez.

Estadio: Racing.

Arbitro: Sergio Pezzotta.

Goles: 29m Guerrero (R).

Cambios: 45m Delgado (5) por Donnet (B); 59m Torres (5) por Guerrero (R), 67m Palacio por Calvo (B), 73m Mirosevic por Barrado (R), 75m Guglielminpietro por Cardozo (B), 89m Cardetti por López (R).

Incidencias: 47m expulsado Simeone (R), 90m expulsado Cardetti (R).