FúTBOL › LA FIGURA DEL CAMPEON
Ronaldo
Volvió de una lesión casi incurable, se convirtió en el goleador del Mundial y marcó los tantos clave para la conquista del pentacampeonato.
Por George Achuvalo
Durante cuatro años fue recordado por su misteriosa actuación en la final de la Copa del Mundo de 1998 contra Francia, y por dos años y medio luchó una batalla que parecía perdida contra una serie de lesiones. Pero, en este Mundial, Ronaldo volvió a ser aquel atacante que aterrorizaba a los defensores rivales y que fue premiado como el mejor futbolista del mundo durante dos temporadas consecutivas.
El delantero, que volvió a la selección a fines de marzo jugando 45 minutos en un amistoso contra Yugoslavia, culminó su actuación en la Copa del Mundo anotando los dos goles de la final, e igualando así la marca de Pelé para la selección de su país. Ambos, con 12 goles cada uno, son los máximos anotadores brasileños en la historia mundialista. Esto lo logró con sólo 25 años y habiendo sido suplente, sin siquiera jugar un minuto, en el Mundial de Estados Unidos en 1994.
Además, con sus goles, permitió que Sudamérica, con los cinco títulos brasileños, dos uruguayos y dos argentinos, quedara en ventaja de 9-8 en el historial de la Copa contra los europeos, de los cuales tres son de los alemanes.
Quizás todavía le falte la velocidad que tenía en otros tiempos, pero aun así la defensa alemana no pudo detener al jugador que aprovechó este torneo para protagonizar un increíble renacimiento.
Ronaldo señaló ayer que esta final le quitó una carga de encima luego de su actuación en la final de Francia hace cuatro años, cuando jugó todo el partido, en una decisión que causó gran controversia, luego de haber sufrido problemas de salud en la concentración del equipo, horas antes del encuentro.
“No me siento en deuda con nadie, pero me saqué una carga de encima. Estoy libre”, declaró luego de terminar el torneo como el máximo goleador, con ocho tantos. “Este mismo festejo lo pudimos haber realizado hace cuatro años, pero el destino decía que debíamos esperar hasta el 2002. No quiero hablar sobre el futuro, ahora sólo estoy pensando en cómo voy a celebrar”, agregó.
El calvario de las lesiones de Ronaldo comenzó a fines de 1999, cuando fue sometido a una operación en su rodilla derecha. Cuando regresó a las canchas, seis meses después, sólo estuvo seis minutos en el campo de juego, ya que sufrió una lesión en los ligamentos en la misma rodilla.
Esa vez, la tediosa recuperación se prolongó por más de dos años, pero su regreso a las canchas fue interrumpido por una frustrante serie de lesiones musculares.
A principios de año viajó a Brasil desde Italia, donde juega para el Inter, para ser sometido a un tratamiento de un equipo de profesionales que incluyó a dos médicos, un nutricionista y un fisioterapeuta, quienes recuperaron con éxito al astro carioca. Esta vez, los médicos acertaron y las lesiones musculares desaparecieron, dejando a Ronaldo listo para encarar su tercera Copa del Mundo.
“Tengo muchas cosas por las cuales debo agradecerle a Dios. Mi gran victoria, como he dicho antes, fue volver a jugar al fútbol, a correr y a marcar goles. Esta conquista de hoy (por ayer), nuestro quinto título mundial, ha coronado mi lucha, mi recuperación”, reconoció.
“Más que todo, es un triunfo de todo el grupo. Nunca voy a olvidar lo maravilloso que fue el resto del grupo. Todo el equipo corrió y los jugadores nos ayudamos unos a otros. Ningún logro individual puede superar lo que consiguió este grupo”, dijo.
Ronaldo le dedicó su éxito al fisioterapeuta Nilton Petrone: “Nunca me abandonó, en ningún momento de mi recuperación”.