La espera de este duelo estuvo marcada por las incógnitas, de uno y otro lado. Ambos entrenadores mantuvieron la incertidumbre respecto de la formación de sus equipos. Si hasta último momento se esperó la planilla correspondiente en la puerta del vestuario local, pero ella nunca apareció. Y por lo que ofrecieron después en la cancha, el acierto de Reinaldo Merlo terminó siendo decisivo para la victoria de Racing. Sixto Peralta estrenó la titularidad en el conjunto de Avellaneda, y él mismo se encargó de sepultar cualquier duda sobre su presente.

El ex Huracán asumió el rol de conductor de Racing, y terminó ganando la pulseada con Marcelo Gallardo en la mitad de la cancha. Peralta tuvo precisión, criterio, justeza e intuición, todo lo que le faltó a su par rival, que para colmo finalizó la tarde recibiendo la tarjeta roja por una falta violenta.

Pero Peralta también contó con el aporte de sus dos compañeros de ataque, Bergessio y Sava, quienes siempre se mostraron dispuestos para que el enlace pudiera descargar la pelota. Precisamente, los dos convirtieron un tanto cada uno, como para destacar aún más su función. Apenas habían pasado ocho minutos cuando Bergessio marcó con un remate cruzado, ingresando por la derecha. La habilitación al goleador fue de Peralta, quien encabezó un contraataque perfecto. Esta jugada llegó después de que Campagnuolo le tapara un zurdazo a Gallardo.

De todas maneras, en esos primeros instantes, River exhibía más prolijidad en el trato de la pelota. Y así Campagnuolo tuvo que esforzarse para tapar un tiro de Ferrari, y luego otro de Ortega casi en el área chica. Pero el delantero de River tuvo su revancha a los 32 minutos, cuando marcó el empate con un cabezazo en el primer palo, luego de un envío de Mareque, anticipándose a la salida del arquero. Pero cuando el final de la primera parte ofrecía un juego deslucido, Sava desniveló con un toque suave, luego de una gran combinación entre Peralta y Bergessio.

Passarella pretendió que River tuviera el control de la pelota con el ingreso del juvenil Oyola en el segundo tiempo, pero el chico en ningún momento pudo asociarse con Gallardo y con los dos delanteros. En cambio, el ingreso de Matías Sánchez en el local le dio más equilibrio al sector izquierdo del mediocampo, y a River se le hizo más difícil el desequilibrio. Para colmo, cuando Ortega tuvo otra chance para empatar, Campagnuolo le ganó el mano a mano.

Y todo pareció sentenciado a los 16 minutos, cuando Bastía definió con mucha categoría otra buena jugada colectiva. La acción la inició Bergessio, la continuó Peralta, y el volante central recibió en la puerta del área para tocar por arriba de la cabeza de Carrizo. A partir de ahí, los hinchas de River comenzaron a pedirle más “huevo” a sus jugadores, quienes se dejaron apoderar por el nerviosismo. Previo a la salida de Gallardo –antes de irse desperdició una oportunidad para descontar al rematar por arriba, de frente al arco–, también dejó la cancha Nasuti por pegarle con violencia a Bergessio. El descontrol de River era total, y el desenlace lo encontró lleno de impotencia.

Las cinco modificaciones que presentó River para este duelo no pudieron prevalecer con apenas una que hizo Racing. Peralta solo le dio más a su equipo, y tuvo mucho peso para que los de Avellaneda pudieran darse un gusto ante River, después de muchos años. Más allá de los cinco puntos que lo separan de los líderes, River tendrá ahora que recomponer su idea para no seguir alejándose.