Banfield se volvió a dar el gusto. En su casa, donde arrastraba una racha negativa desde el torneo pasado de siete partidos sin conocer la victoria, con cinco derrotas y dos empates, venció a Lanús 2-1. Era el encuentro indicado para torcer el panorama, y así fue. El equipo que conduce Sebastián Méndez se llevó una nueva edición del “clásico del Sur”, y de esa manera extendió su paternidad sobre el rival. El penal convertido por el arquero Enrique Bologna en el comienzo y el contragolpe letal que definió el paraguayo Jorge Achucarro sobre el final le dieron los tres puntos al local. El tanto de tiro libre de Regueiro sólo sirvió para la estadística.

Mucha lucha y poco fútbol. Esa tendencia habitual que se suele repetir en este tipo de partidos, no pudo evitarse ayer. La escasa circulación de la pelota, que se la pasó más en el aire que en el suelo, favoreció a un conjunto local que entendió cómo debía afrontar el clásico, algo que nunca comprendió el elenco que dirige Gabriel Schurrer.

Clave para que Banfield demostrara superioridad fue el penal que cambió por gol su propio arquero. Cinco minutos tardó esa ejecución, pero determinó el trámite del partido. A los seis minutos Mauricio Caranta derribó en el área a Marcelo Carrusca. El público pidió por su guardameta y él no falló. Bologna debió patearlo en dos oportunidades, pues Caranta se adelantó para atajar en la primera chance. En esa ocasión remató dubitativo, muy suave. La segunda fue la vencida con un derechazo potente. Allí, el encuentro viró.

Si había comenzado mejor el visitante, la desventaja le quemó los papeles. Banfield fue sólido en todas las líneas y jugó con la ansiedad del rival. Incluso en el complemento, cuando Lanús era más y fue por la igualdad, el humo verde de la tribuna paralizó el partido por unos minutos. Los hinchas, con el calor que siempre se ve en los clásicos, enfriaron el encuentro. Dentro y fuera de la cancha, Banfield fue más inteligente y se llevó tres puntos que le permite sumarse al lote de protagonistas del certamen. Poco le importa. Ganó el clásico. Ese es el mayor de los gustos.

Informe: Matías Quercia.