Algo así como el fantasma de Riquelme pasó ayer por la Bombonera, donde Boca le ponía ganas, pero jugaba sin terminar de encontrarle la vuelta a Estudiantes. Los hinchas comenzaban a exigirles un poco más de “ideas” a los jugadores, al menos algo que frenara lo que parecía ser un despertar del conjunto platense y que tuvo su momento cúlmine cuando Vera estrelló un cabezazo contra un palo. Esa era la tensión, el momento justo en el que el dominio comienza a cambiar de bando. Pero apareció el fantasma y todo cambió para Boca. Se hizo la luz, llegaron los goles y la fiesta se adueñó de las tribunas. Boca terminó ganándole por 3-0 a Estudiantes que, para colmo de males, sufrió las expulsiones de Aguirregaray y Auzqui, y terminó atrincherado en su campo, aguantando embestidas de los locales hasta el último minuto.

Fue Pichi Erbes el que logró comunicarse con el fantasma de Román, lo hizo emulando al ídolo xeneize con un derechazo desde afuera del área, que se metió por arriba del arquero Navarro para el 1-0, a los 38 minutos de juego. Un gol riquelmeano. Fuera de tiempo y de lugar. Hasta ahí, Erbes no había hecho méritos suficientes, y salvo Pérez, que había dado una buena impresión en los primeros minutos, el mediocampo de Boca andaba flojo. Pero el golazo lo encendió a Erbes y, de paso, conectó también a Meli con el partido. Erbes terminó como figura, cortando en el medio y organizando el juego con pases seguros, y se llevó aplausos y reconocimiento.

Un golazo así no podía pasar inadvertido por los delanteros. Fue Osvaldo el que recogió el reto y, apenas dos minutos más tarde, en un contraataque letal, que fue la mejor jugada de Boca en el partido, el ex Inter definió sobre el palo derecho de Navarro para el 2-0. Le vino bien el gol a Osvaldo, que hasta este momento parecía estar más cerca de trompearse con Desábato, al que hasta le juntó césped del campo de juego y se lo ofreció para comer, como quien alimenta a una bestia, que del jugador que llegó para darle un salto de calidad al ataque xeneize.

Con esa cómoda ventaja, Boca se fue al descanso. Se esperaba una reacción de Estudiantes, tras la charla de Pellegrino en el vestuario. Pero nada de eso pasó. Incluso Pellegrino fue expulsado por mandar a sus jugadores a la cancha con unos minutos de retraso. Para peor, Estudiantes parecía más concentrado en evitar que Boca lo goleara que en buscar caminos para comenzar a descontar la diferencia en el marcador.

Cierto es que en la cancha, Boca no había sido tan superior. Pero terminó siéndolo. Sin dudas. Porque en la segunda parte, lo pasó a Estudiantes por arriba. La única más o menos clara de los platenses fue un cabezazo de Damonte que Sara controló después de una salida en falso. Después, la expulsión de Aguirregaray terminó de complicarles el partido a los platenses. El marcador de punta recibió una doble amarilla tras una falta innecesaria. Estudiantes, sin reacción, bajó la persiana. Después vino la roja directa a Auzqui, que dejó a los visitantes con nueve hombres. Los últimos 22 minutos fueron todos de Boca, que comenzó a asediar al arco de Navarro, como buscando una goleada. Chávez, errático durante todo el encuentro, se perdió el tercero a los 70 minutos. Pero a los 78, con un lindo zurdazo sobre el palo izquierdo del arquero, el ingresado Cristaldo puso el partido 3-0. Los minutos finales se consumieron entre intentos desprolijos de Boca para aumentar sus goles, y una defensa absoluta de Estudiantes, que perdido por perdido apenas atinaba a no irse de la Bombonera goleado.

Estadio: Boca.

Arbitro: Diego Abal.

Goles: 38m Erbes (B), 40m Osvaldo (B); 78m Cristaldo (B).

Cambios: 64m Cristaldo por P.Pérez (B), 65m Jara por Sánchez Miño (E), 71m Gil Romero por Vera (E), 73m Marín por Peruzzi (B), 76m Calleri por Osvaldo (B), 80m Seijas por Gil (E).

Incidencias: 53m expulsado Aguirregaray (E), doble amarilla; 68m expulsado Auzqui (E), roja directa.