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Lunes, 10 de abril de 2006

TENIS › UNA VICTORIA TAN DRAMATICA COMO UN TANGO EN LA COPA DAVIS

Primero hubo que saber sufrir

El equipo argentino está en la semifinal después de una jornada angustiosa: David Nalbandian cayó primero ante Ivan Ljubicic y luego Juan Chela transpiró para poder vencer en cuatro sets al 159º del mundo. Viene Australia.

En un final dramático, la Argentina se clasificó, con muchísimo sufrimiento, para las semifinales de la Copa Davis al derrotar 3-2 a Croacia y ahora recibirá a Australia, en Buenos Aires y sobre polvo de ladrillo, en la segunda quincena de septiembre. Ivan Ljubicic fue demasiado para David Nalbandian, a quien venció 6-3, 6-4, 6-4, igualando la serie 2-2. En el último punto, el que definía el pasaje a la semifinal, Juan Ignacio Chela, sin jugar bien, le ganó 3-6, 6-4, 7-6 y 7-6 al 159º del mundo, Sasa Tuksar, en un durísimo encuentro que duró 4 horas y 20 minutos y en el que, por la falta de personalidad de Chela para asumir el protagonismo del partido, se estuvo cerca de la eliminación.

El primer set de Chela fue descartable. El argentino arrancó con solidez en su servicio, tuvo chances de ponerse 2-0, pero empezaron los errores, lo dejó crecer a Tuksar que, empujado por los 4 mil compatriotas presentes en el DOM Sportnova, se animó a tiros ganadores desde todos lados y complicó a un Chela sin agresividad.

Un quiebre en el séptimo game le abrió la puerta del set al local, mientras desde el banco argentino Mancini intentaba darle ánimo a su jugador y Lucas Arnold, su ayudante, iba y venía, según el lado en el que jugara Chela, para guiarlo porque, hasta entonces, se lo veía totalmente perdido.

Sin levantar mucho su nivel, jugando con mucho margen por miedo al error, Chela zafó de quedar 1-3, aprovechó algunas fallas del croata, metió su primer quiebre y ganó un set que le dio desahogo.

El tercer set fue un concierto de errores y quiebres. Siempre jugó mejor el que iba abajo en el tanteador. Y Chela, que casi siempre eligió mal las pelotas para irse a la red, se equivocó esta vez menos que su rival. Se recuperó de desventajas de 1-3 y 3-5 dándole intensidad a sus pelotas, salvó un set point que lo hubiera condenado y ganó agónicamente el tie break.

En el cuarto set, el marcador siguió moviéndose de un lado hacia el otro al ritmo de los errores. El argentino se puso 5-3 para cerrar el partido con su servicio, pero sólo metió un primer saque. El masaje en el muslo derecho de Chela angustió al equipo y, en el medio, se diluyó un match point. Ya en el tie break, el argentino picó 4-1 y le empataron 4-4. Pero Tuksar, arriesgando mucho más que Chela, se equivocó más también y su rival, cada vez con menos movilidad, cerró el pleito en el quinto match point.

Así cerró el sufrimiento que había arrancado con el primer partido de la mañana, entre dos de los 10 mejores jugadores del mundo. El primer set fue sumamente parejo, pero en ese juego Ljubicic fue más preciso que Nalbandian.

El croata tuvo su chance para 5-3 y la tomó en un partido en el que el cordobés volcó demasiado el juego sobre el revés bajo que no le dio el resultado esperado. Más allá de los errores de Nalbandian a la hora de ceder su servicio (en el octavo juego con una doble falta y tres errores no forzados), Ljubicic se mostró implacable, como casi siempre, con su servicio que tuvo un promedio de 207 km/h (el saque de Nalbandian era 25 km/h más lento) y tuvo picos de 227.

Fastidioso por haber perdido ese capítulo inicial, Nalbandian empezó mal el segundo, tuvo un break point para igualar 3-3 (el croata zafó con otro saque ganador) y demoró su suerte en este parcial cuando levantó un 0-40 que le hubiera permitido a Ljubicic, que ya había llegado a esa altura a las dos decenas de aces, ponerse 5-2. Ljubicic clausuró el set 6-4 en su primera oportunidad, como de costumbre, con otro ace.

En el tercer set, el más parejo de todos, el argentino por fin logró romper el servicio de su rival (fue en el sexto juego para empatar 3-3 y descontar la ventaja inicial de 0-2), pero Nalbandian jugó muy mal con su saque el séptimo game y cedió nuevamente. Entonces Ljubicic, quien terminó el partido con 33 aces contra apenas 3 del argentino, no le dio otra chance a Nalbandian y se quedó con la victoria. Después Chela escribiría el capítulo final.

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El abrazo final del equipo tras el punto definitivo logrado por Chela.
Imagen: AFP
 
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