Es ya el mejor jugador argentino de la temporada, y esta vez tampoco faltó a la cita: Guillermo Cañas buscará mañana avanzar a las semifinales de Roland Garros, algo que ya es imposible para David Nalbandian. Cañas fulminó a Juan Mónaco 6-0, 6-4, 6-2 para recibir una ovación de pie de todo el estadio Suzanne Lenglen, el segundo en importancia en el complejo de Roland Garros. Nalbandian arrojó más de una vez la raqueta y recibió una advertencia del juez de silla hasta caer, ya con las sombras cubriendo la cancha central, 6-3, 7-6 (7-1), 3-6, 7-6 (7-2) ante el ruso Nikolai Davydenko, rival de Cañas mañana.

“Me siento en mi mejor momento, jugando mi mejor tenis”, dijo un feliz Cañas, que hace nueve meses no tenía ranking. Regresó en septiembre, tras 15 meses de suspensión, y desde entonces no para de subir. Batió dos veces a Roger Federer, llegó a la final de Miami y ahora quiere más. Por lo pronto ya tiene algo: es el nuevo número uno argentino.

Posición que pierde Nalbandian, que volvió a demostrar que está lejos de su mejor nivel. Dentro de una semana abandonará su puesto entre los veinte mejores del mundo y en lo que va de 2007 no fue capaz de ganar más de tres partidos consecutivos.

Ayer, lento en la reacción, inconstante en la concentración, Nalbandian perdió ante un jugador al que solía dominar y al que derrotó sin atenuantes en diciembre en la final de la Copa Davis en Moscú. Tuvo la posibilidad de ganar el segundo set, pero no la aprovechó y sacó 5-4 en el cuarto parcial, pero tampoco logró imponerse.

“Me sorprendió que arrancara tan fuerte, y yo no arranqué bien. De a poco fui encontrando el partido, lástima que se me escapó. La pelota iba rapidísima todo el tiempo”, explicó Nalbandian, que perdió los estribos cuando se le preguntó si había avanzado algo en su decisión de volver a tener un entrenador: “¿Vos te pensás que cambio de idea en dos días? No, todo sigue igual”.

Mucho más grato es Cañas y su presente. El nuevo número uno argentino llega a los cuartos de final en una situación ideal: ganando con contundencia todos sus partidos y con un desgaste físico relativamente bajo, ya que apenas cedió un set, en la segunda ronda ante el belga Kristof Vliegen.

“En un Grand Slam siempre sirve llegar con poco desgaste físico a la segunda semana, y eso es un poco lo que buscábamos”, admitió Cañas, por tercera vez en su carrera en los cuartos de final de Roland Garros.

“Me siento en una cancha de tenis mejor que cuatro o cinco años atrás. Cada día quiero ser un jugador más completo, porque eso es lo que me hace subir en al ranking.”

La ovación en el Suzanne Lenglen sorprendió a Cañas disfrutando aún de su triunfo. Tanto que no terminó de asimilarla: “No la disfruté del todo, y fue en la Suzanne Lenglen, mi cancha más querida, en la que gané partidos increíbles ante Hewitt o Mathieu”.

Mónaco sólo pudo admitir la superioridad de Cañas. “Por momentos, Willy te hace sentir que la cancha es muy chica, es un frontón, con una defensa y unas piernas increíbles.”

Mientras las esperanzas argentinas dependen ya sólo de Cañas, los españoles tendrán hoy a Rafael Nadal, Carlos Moyá y Fernando Verdasco buscando los cuartos, instancia que ya alcanzó Tommy Robredo.

El suizo Roger Federer también sigue adelante. Su rival de semifinales, si es que vence en cuartos a Robredo, será el ganador de Cañas-Davydenko. También avanzaron la belga Justine Henin, la estadounidense Serena Williams y la rusa Maria Sharapova, protagonista de un dramático encuentro ante la suiza Patty Schnyder, a la que derrotó 9-7 en el tercero, tras superar dos match-point.