NOTABLES DIFERENCIAS EN EL RENDIMIENTO GENERAL
Uno por uno, Boca fue más
El equipo de Carlos Bianchi jugó el partido que soñaba su técnico, compacto y concentrado, con grandes rendimientos individuales como los de Iarley y Perea. El de Manuel Pellegrini, en cambio, tuvo la peor actuación de los últimos tiempos, un desastre del que apenas se salvaron Costanzo y Cavenaghi.
Por Adrián De Benedictis
Más allá de que River no estaba exhibiendo un buen rendimiento en lo que va del torneo, la producción de ayer seguramente fue la peor en el último año. El equipo fue superado en todos los sectores, y apenas dos hombres lograron destacarse en medio de tanta mediocridad. El arquero Costanzo mostró un alto nivel, y otro que intentó inquietar en el área de Boca, con mucha voluntad, fue Cavenaghi. El resto no pareció estar a la altura del encuentro que todos los futbolistas desean jugar. Las principales preocupaciones que tuvo River fueron en la zona defensiva, y tampoco fue efectiva la inclusión de dos volantes centrales. Para colmo, el equipo no tuvo un conductor claro en ningún momento.
El lateral Rojas comenzó salvando dos veces la caída de su arco y tuvo que cubrir los espacios que dejaba Coudet, pero en el segundo tiempo bajó su nivel. Perdió la pelota ante Iarley que terminó en gol, y recurrió al juego brusco. Los marcadores centrales no se entendieron en todo el partido. Se complicaron cuando salieron a cortar lejos del área y no pudieron parar al brasileño cada vez que los enfrentaba. Ferreyra se desprendió bien por su sector en el primer tiempo, pero fue decreciendo con el correr de los minutos. Además debió luchar con un seguro Perea.
La dupla integrada por Mascherano y Pereyra no prevaleció nunca en el mediocampo. El primero pareció desubicado en la cancha, y no cubrió con acierto el lugar de Ferreyra cuando éste se desprendía en ataque. El juvenil jugó sólo el primer tiempo. Por su parte, Pereyra mostró lentitud en sus movimientos y sólo probó una vez al arco desde lejos. Fue silbado en el final. La falta de variantes ofensivas tuvo que ver con el pobre rendimiento de Coudet y Ludueña. El volante derecho no mostró su habitual despliegue y evidenció muchos problemas físicos. Tampoco salió a jugar la segunda parte. Ludueña no estuvo preciso, y así no logró darle claridad al circuito ofensivo.
En la zona de ataque, Cavenaghi fue el que más preocupó a Abbondanzieri con tiros desde lejos, y con otra entrada por la izquierda. Estuvo demasiado aislado y tuvo que retrasarse mucho. Los tres que ingresaron, López, González y Montenegro, tuvieron una chance cada uno para marcar, pero carecieron de puntería. River no tuvo convicción, y ahora los interrogantes para el futuro son mayores.