CARA
AIMAR y el Valencia campeón
Los medios españoles coinciden en señalar la importancia del buen nivel de Pablo Aimar, uno de los grandes protagonistas de la última parte del torneo español, como una de las claves del Valencia que se acaba de proclamar este domingo campeón de Liga, luego de treinta y un años de sequía, una fecha antes del final, tras vencer al Málaga por 2-0.
Cabe recordar que el mediocampista de 22 años, que llegó de River al Valencia con el difícil papel de tomar la posta tras el buen recuerdo dejado por un Piojo López goleador –y en la estela histórica del Matador Mario Kempes– fue la transferencia más cara de la historia del Valencia. El club apostó por Aimar y la temporada pasada le pagó a River unos 4 mil millones de pesetas (22 millones de dólares).
Sin embargo, no fue fácil el arranque de Pablito. Empezó frío y una temprana lesión lo mantuvo fuera del terreno de juego durante un mes y, al volver, fue excluido de la titularidad por el entonces entrenador, su compatriota Héctor Cúper, que no lo veía recuperado como para mantenerlo en el primer equipo. La madurez adquirida por el ex riverplatense –que llegó al Valencia con una trayectoria de triunfos y logros impresionante para su edad– fue clave para adaptarse a las nuevas exigencias que le planteaba el fútbol español y seguramente también se vio favorecido en su rendimiento por la nueva posición dada por el actual entrenador, Rafa Benítez, que lo colocó como segunda punta y otras veces como enganche. Fue en esta posición, la preferida por Aimar, la que le dio más posibilidad de llegada al tiempo que mayor protagonismo por el pase al Lazio del mediocampista Gaizka Mendieta, hasta entonces el cerebro del equipo.
Al principio de la segunda parte de la temporada, Aimar explotó gracias a la aparición del trabajador Rubén Baraja en el mediocampo –que volvía de una lesión– y así, con la complicidad del Kily González, compañero de la Selección, Pablito comenzó a seducir a la tribuna y a convencer definitivamente al banco del Valencia. Fruto de esa evolución han sido sus 31 partidos jugados y 4 goles en esta temporada, mientras que en la pasada campaña jugó apenas diez y anotó dos tantos.
Así, Aimar volvió a sentirse cómodo en el campo mientras el Valencia se convertía en el equipo que mejores resultados obtenía fuera de su estadio, y se consolidó en Mestalla tras derrotar al Real Madrid (1-0), al Barcelona (2-0) y al Deportivo La Coruña (1-0). Sólo Valladolid fue capaz de ganarle al Valencia en casa en la segunda parte de la Liga, donde empataron Alavés, Tenerife, Mallorca y Celta. Este fortalecimiento en su estadio, sumado a una defensa con Cañizares como menos goleado, y Ayala y Pellegrino como sólidos centrales, hicieron un equipo compacto no muy diferente del que había dejado encaminado el malhadado Cúper.
Como muestra del grado de eficacia alcanzado por el Valencia de Aimar en la última recta de la Liga, de los nueve partidos finales ganó siete, empató uno y perdió uno, con sólo 8 goles contra 26 a favor.