Se anota en todas
Paraguay quedó eliminado del Mundial, pero José Luis Chilavert ya comenzó a disputar la siguiente competencia: la carrera por el cargo de entrenador de la selección de su país.
Por Enrique Escande (EFE)
Desde Yokohama
El arquero paraguayo José Luis Chilavert, miembro imprescindible del club de las singulares personalidades del fútbol mundial, se anota -generalmente con ruidosos anuncios– en cuanta posibilidad existe en torno a su futuro como futbolista y como entrenador.
“Chila”, de casi 37 años, ha dejado claro que no está dispuesto a colgar los botines y asegura que tiene un compromiso con el Estrasburgo francés que está dispuesto a cumplir, aunque no descarta que pueda jugar una temporada en Japón y tampoco deja lugar a dudas sobre que continuará como guardameta de la selección de su país.
Pero en el afán de abrir un poco más el abanico de oportunidades laborales que él mismo busca y genera, el futbolista de Luque ha tomado posición como candidato a la sucesión del italiano Cesare Maldini en el cargo de seleccionador de Paraguay.
Tras el partido que los paraguayos ganaron a Eslovenia con dos goles de Nelson “Pipino” Cuevas, resultado que los clasificó a los octavos de final del Mundial, Chilavert dijo que pudo demostrar que “se equivocan” quienes dicen que está “acabado”.
“Muchos han dicho que Chilavert está viejo o que no tiene reflejos. Hoy demostré que se han equivocado. Los paraguayos somos gente dura y sabemos de nuestra capacidad”, disparó.
No se sabe con exactitud si efectivamente son “muchos” los que proponen su retirada, pero el inefable arquero conoce los recursos para que sus declaraciones no pasen inadvertidas y las formula dirigidas a ocupar más titulares que epígrafes en la prensa.
Con respecto a su futuro como jugador de la selección, tras la eliminación paraguaya ante Alemania, “Chila” dijo que si el próximo entrenador lo quiere, él está dispuesto “siempre” a poner el hombro.
Pero inmediatamente se encargó de dejar claro que está preparado también para asumir el cargo de entrenador de la selección. “Yo estoy a la orden para serle útil al deporte en Paraguay, pero aún es prematuro, veremos qué pasa”, comentó rápidamente.
Segundos más tarde, al ser consultado sobre la posibilidad de jugar en Japón, se manifestó muy entusiasmado y aseguró que hay un importante margen de probabilidades para que ese deseo suyo, que no es nuevo, se concrete.
En el Mundial, Chilavert jugó tres partidos, con los cuales completó 70 en la selección paraguaya, con ocho goles anotados. Su fuerte personalidad, que muchas veces le ha traicionado, hizo que por un escupitajo al brasileño Roberto Carlos en un encuentro de las eliminatorias se perdiera el debut paraguayo en el actual Mundial, el segundo de su carrera.
No obstante, cuando estaba a punto de reaparecer, se convirtió en un protagonista destacado de los dimes y diretes del torneo a propósito de su condición de especialista en tiros libres, por poner en duda las posibilidades de España para llegar a una posición de vanguardia en el torneo y por todo asunto que le consultaran.
Chilavert, un portero que se ha autoproclamado muchas veces el mejor del mundo en su puesto, posiblemente lo haya sido en varios pasajes de su carrera, pero nadie duda de que se trata de un personaje imprescindible para darle color a la página de un periódico, una revista o a los programas de radio y televisión.
Su futuro cercano es un enigma, pero por las dudas se anota en todas.