EXTRAORDINARIA DEMOSTRACION
EN LAS DOS RUEDAS
Aun sin impermeable, ganó Rossi
El amo de las dos ruedas, el italiano Valentino Rossi (Yamaha), ofreció una nueva versión de sus prestaciones a lomo de su motocicleta, después de arrasar en Donington Park, Inglaterra, sobre un asfalto mojado y bajo una intensa lluvia. El italiano sumó su séptima victoria del 2005 y la quinta en el trazado inglés, después de que en el 2000 se estrenase en Donington con una 500. Desde entonces, sólo una penalización en el 2003 le ha impedido subir a lo alto del cajón. En Donington, Rossi ganó por quinta vez.
Rossi ha dado un nuevo paso hacia su quinto título consecutivo en la categoría reina y, tras la conferencia de prensa que ofreció en la fría sala de prensa del circuito británico, mostró su cándida sonrisa cuando escuchó un atronador: “¡Andate a la F-1, que Ferrari te necesita!”.
Rossi es el rey en los circuitos. Nadie le hace sombra, ni se vislumbra a corto plazo que ello pueda ocurrir en MotoGP. A pesar de asegurar que la de ayer fue la carrera más dura de su vida, nadie le cree, porque piensan que vence sin extenuarse.
En Donington volvió a firmar una jornada espectacular. Ganó su séptima carrera, de las nueve que se han disputado, y abrió una brecha aún mayor en la clasificación del Mundial, que encabeza con 211 puntos. Por detrás de él, los italianos Marco Melandri, Max Biaggi y el español Sete Gibernau, quienes se cayeron en Inglaterra, dan por perdida cualquier esperanza de robarle el título al campeón italiano. Sólo el estadounidense Colin Edwards restó puntos al grupo de cabeza, y ahora está tercero (106), detrás de Melandri (107).
En la carrera, antes de la nueva interpretación de Rossi ante los 75.661 aficionados que se acercaron a Donington Park en una jornada lluviosa y fría, el brasileño Alex Barros también tuvo su instante de gloria, cuando gobernó la carrera en unas vueltas hasta la número 22. El sudamericano no pudo celebrar con una victoria su 250º carrera. Otro piloto que lideró la prueba fue el catalán Sete Gibernau, que lo hizo en las cuatro primeras vueltas, hasta que el agua le hizo una nueva mala jugada, al caerse y abandonar. Una nueva decepción que Gibernau la gestionó con el silencio y la huida del circuito.