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Tal vez alcance con el dato de que en el 2015 el Barcelona ganó el campeonato local, la Copa del Rey, la Champions, la Supercopa de Europa y el Mundial de Clubes y que la participación de Messi (goles y asistencias) fue vital en cada uno de estos logros. En una de esas es suficiente con el recuerdo de algunos goles que hizo en el año como ese contra el Bayern Munich cuando sumergió en un pozo a Boateng y picó la pelota con la derecha hacia el fondo del arco o el que le hizo al Bilbao o alguno de los tiros libres colgando la pelota en los ángulos.

En algún sitio de Internet se pueden encontrar, a modo de síntesis, los diez mejores goles del año y en otros portales diferentes también están los diez mejores goles que no necesariamente son los mismos. Es que los hizo para todos los gustos, de derecha, de zurda, de afuera, en comba, picando la pelota en un penal, clavando zurdazos desde afuera del área, dando un pase a la red después de una sucesión de paredes, lo que se quiera.

Se podría sumar a todo esto que el año se cerró con dos goles suyos en una goleada contra el Betis, en su partido número 500, en el partido en el que se exhibieron todos los trofeos obtenidos.

Hizo todos los méritos para que el 11 de enero le otorguen una vez el Balón de Oro y también el premio Puskas al mejor gol del año, ese que la marcó al Athletic de Bilbao en la final de la Copa del Rey, cuando se emprendió un loco viaje por la punta derecha gambeteando rivales como si fuese postes de entrenamiento, hasta definir con un remate cruzado. Christiano Ronaldo y Neymar están muy rezagados en la carrera por el Balón de Oro.

El balance del año deja como punto negativo la lesión sufrida el 7 de agosto en un partido contra Las Palmas. Fue una rotura del ligamento colateral de la rodilla izquierda. Volvió, intacto, el 21 de noviembre en la goleada del su equipo contar el Real Madrid.

Los resultadistas (resultadictos puede ser un buen calificativo para definirlos mejor) incluyen en la lista de lo negativo el segundo puesto de la Selección Argentina en la Copa América disputada en Chile. Se suponía (acá se suponía) que Argentina era candidato de fierro a ganar el torneo, después de haber alcanzado la final en el Mundial del año anterior.

Con Messi en la cancha se decía que Argentina tenía la obligación de alzarse con el título. Pero no, ganó Chile. Messi no hizo goles en la final, el partido terminó cero y cero, en los penales se impusieron los dueños de casa y hasta se llegó al extremo de pedir la cabeza del crack. Con Messi Argentina había llegado a la final; sin Messi (lesionado) Argentina sacó 5 puntos sobre 12 en las primeras cuatro fechas de las eliminatorias.

Por suerte ahora volverá y este año jugará las eliminatorias y también la Copa América extra que se disputará en Estados Unidos del 3 al 26 de junio. Pero, lamentablemente, no podrá estar en los Juegos Olímpicos, como ya adelantó el DT.

En el 2016 habrá más Messi para disfrutar. Por cada estúpido capaz de escupirlo (como ocurrió en Japón) habrá millones dispuestos a rendirse ante su magia.