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Lunes, 4 de enero de 2016

LUIS SCOLA, CAPITáN DEL SELECCIONADO ARGENTINO DE BáSQUETBOL

El eslabón que une dos generaciones

 Por Leonel Lenga

Ahí anda Luis Scola, con su camiseta número cuatro, tomando rebotes, penetrando e incluso animándose a tiros de tres en Toronto Raptors, su cuarto elenco en la NBA. Ostenta un promedio de 10,5 puntos por partido, seis rebotes y 0,9 asistencias en el único conjunto canadiense que integra la liga estadounidense. Sus 2,06 metros y sus casi 109 kilos parecen crecer noche tras noche para seguir aportando su jerarquía a un equipo que ocupa el cuarto puesto de la Conferencia del Este. Y si bien todavía falta mucho, por el momento estaría consiguiendo uno de los ocho pasajes a los Playoffs. Otro de los desafíos que le esperan al ala pivote en 2016.

El capitán del seleccionado argentino, de 35 años, volvió a liderar al equipo a los primeros planos del básquet continental en 2015. En primer lugar, aceptó la invitación del entrenador Sergio Hernández y se sumó como uno de los dos invitados a los Juegos Panamericanos de Toronto. Esto le permitió profundizar el vínculo con los más jóvenes, transmitirles su experiencia, conocer una ciudad a la que su mudaría a la brevedad por su llegada a su nuevo equipo y, sobre todo, entrenar para el preolímpico, la cita más importante del año para el conjunto albiceleste.

Luego del quinto puesto en el panamericano y de algunos amistosos con andar irregular, el conjunto se potenció cuando se oficializó la vuelta de Andrés Nocioni, quien junto a Luis Scola fueron los únicos sobrevivientes de la Generación Dorada que logró la histórica medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004. La ascendencia de Luifa en el equipo rápidamente se hizo extensiva al goleo. Tanto que en su primer partido en el torneo FIBA Américas, en México, fue el máximo anotador con 22 puntos en la victoria ante Puerto Rico 91-86.

Su hambre de gloria, su potencia y su sapiencia para encontrar resquicios en la zona más poblada de la cancha contribuyeron para ganarle a Canadá, uno de los candidatos, con otros 35 puntos de su autoría. Los éxitos se siguieron encadenando hasta la derrota ante el anfitrión del certamen, en la segunda ronda, 95-83. Los 26 puntos de Scola no bastaron para frenar al dueño de casa. No obstante, se logró el pasaje a la semifinal del torneo.

La revancha no se hizo esperar y en el Palacio de los Deportes, con el público en contra, el equipo hizo una gran demostración de carácter para llevarse el duelo (78-70) y la clasificación a los Juegos Olímpicos. “Esta clasificación es de los jóvenes. Nosotros podemos hacer 40 puntos y bajar 20 rebotes, pero estamos para acompañarlos a ellos, la selección les pertenece ahora”, dijo el jugador surgido de Ferro, quien había anotado 18 puntos y había jugado todo el partido. A pesar de la derrota en la final ante Venezuela (76-71), Scola fue el máximo goleador del torneo, con un promedio de 21,1 puntos. También se erigió en el mayor anotador y en el jugador con más presencias de toda la historia de la competición e incluso consiguió por cuarta vez la premiación como el jugador más valioso del certamen. Pergaminos a los que intentará sumar su tercera medalla olímpica en Río de Janeiro 2016.

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Imagen: Télam
 
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