VENCIO A VELEZ POR 3 A 1 Y AHORA ES EL UNICO PUNTERO
Boca encontró el gol a tiempo
Con un golazo de Tevez y dos excelentes cabezazos de Schiavi, Boca liquidó en el segundo tiempo un partido que Vélez iba ganando 1 a 0 con un gol de Obolo en el primero. Un resbalón (el de Burdisso, que facilitó el gol rival) no fue caída porque el equipo de Bianchi mejoró notablemente su producción ante un adversario que acusó el cansancio por el despliegue realizado. Boca tiene rendimiento ideal: tres jugados, tres ganados.
Por Juan José Panno
Boca dio vuelta en el segundo tiempo un partido que se le había puesto muy chivo en el primer tiempo, al punto que perdía 1 a 0 y no se le encontraba la vuelta al juego. El equipo de Bianchi caía fiero y terminó ganando muy bien por diferentes razones que van desde las variantes tácticas hasta el arbitraje de Elizondo. La comparación entre lo que hizo cada uno en el primer tiempo y el segundo tal vez explique mejor el resultado.
Vélez, en el primer período, metió como si fuese la última vez. Beneficiado por un árbitro muy permisivo, jugó cada pelota al límite del reglamento y con su sistema de doble línea de tres y un esfuerzo conmovedor asfixió a Boca, embarulló el partido y en el río revuelto
se puso en ventaja. Un aparatoso resbalón de Burdisso lo dejó solo a Obolo cara a cara con Abbondanzieri; el arquero de Boca no se animó a cometer penal, tal vez porque no vio que no era el último hombre y el delantero depositó la pelota en el arco. Con poquito, atacando sólo de tanto en tanto, el equipo local se fue al descanso con un gol en el bolsillo.
Vélez, en el segundo período, modificó su esquema: Ischia mandó a la cancha a Ladino por Sena y armó una línea de cuatro para aguantar a Boca más cerca de su propio arco, pero no pudo. Superado técnicamente por el rival, empezó a perder solidez y ya no pudo hacer pesar su marca pegajosa porque Elizondo se puso más riguroso en la aplicación del reglamento y porque se fue quedando sin aire. El Vélez del final, entregado, impotente, agotado, sin ideas para intentar reacomodar el partido, dejó una imagen muy pálida.
Boca, en el primer tiempo, entró en la trampa que le tendió Vélez. Frente a las marcas asfixiantes, muy fastidiados con el referí, los volantes y delanteros trataron de tocar con precisión en velocidad, pero tuvieron más velocidad que precisión y apenas si llegaron un par de veces hasta Sessa, en jugadas de penales que no fueron y goles bien anulados. Mal Cagna, discontinuos Battaglia y Guillermo, aislados Tevez e Iarley, el cuadro visitante recién encontró algunas lucecitas sobre el final de la etapa.
Boca, en el segundo tiempo, cambió el esquema: Iarley, carrilero por derecha en la primera etapa, pasó a ser enganche. Fue una correcta decisión de Bianchi, que se complementó con una actitud más ofensiva y el aprovechamiento de las ventajas que empezó a otorgar el rival. Y en un ratito el partido cambió de manos. El primer gol, el que inició la transformación, lo hizo Tevez, en una excelente maniobra personal. Recibió de Battaglia, se sacó de encima a Pellegrino en un giro sutil y perfecto y definió sobre la salida de Sessa. Después llegaron los precisos cabezazos de Schiavi en sendos centros de Guillermo Barros Schelotto ante los que no pudo hacer nada el pibe Blázquez, reemplazante de Sessa, borrado por lesión. Boca terminó manejando cómodamente el partido, tocando en todos los sectores, entusiasmando a sus hinchas, porque otra vez ganó y gustó.