FúTBOL
Del Obelisco al Duomo
El penal de Alfredo Cascini desató automáticamente la celebración de los hinchas de Boca en todo el país. Un minuto después de la consagración, comenzaban a llegar hinchas a la Bombonera, mientras el Obelisco ya estaba copado por unos mil fanáticos: dos de ellos consiguieron subir hasta la cima y hacer ondear una bandera del club. Todas las ciudades del país vivieron los festejos, pero la más insólita se produjo en la Piazza del Duomo, en pleno centro de Milán. Allí el partido se siguió a través de una pantalla gigante y, al final, unos cien hinchas de Boca celebraron ruidosamente... apoyados por fanáticos del Inter.