Históricos
En lo que respecta a la conducción que se le imprimió desde el Estado, el deporte argentino se ha desarrollado a intervalos, con picos de acuerdo a los intereses del gobierno de turno. Los funcionarios que pasaron por las distintas secretarías, subsecretarías y direcciones deportivas, bajo dictaduras o presidentes elegidos libremente, fueron militares, políticos, abogados, profesores y ex atletas.
De muchos casi no han quedado rastros, ni siquiera se puede determinar hoy con cierta precisión qué papel cumplieron en sus cargos. La impronta justicialista dejó el mayor sedimento debido a la importancia que, sobre todo entre 1945 y 1955, le otorgó su líder al deporte. Un valioso documento que atesora el doctor Fernando Aren, presidente de la Confederación Argentina de Deportes (CAD), desarrolla el ideario peronista sobre el tema. Está referido a los Juegos Panamericanos de Buenos Aires realizados en 1951 y menciona al abogado Rodolfo Valenzuela, un ex esgrimista, como principal referente deportivo en el gobierno, aunque se desempeñaba como titular de la CAD y no desde un organismo formal del Estado.
Bajo el régimen militar de Alejandro Lanusse y desde el Ministerio de Bienestar Social que conducía Francisco Manrique, se creó la primera Dirección nacional de Deportes que encabezó el doctor Agricol de Bianchetti. Luego, el ente alcanzó rango de secretaría y fue Ernesto Cilley Hernández su primer funcionario. Acaso pocos recuerden que, con el advenimiento de Héctor Cámpora al gobierno en 1973, José López Rega colocó al frente de Deportes al coronel Jorge Osinde, uno de los principales responsables de la masacre de Ezeiza ocurrida el 20 de junio de aquel año.