CON LA EXPULSION COMPLETO UNA SEMANA NEFASTA
Riquelme, en su peor momento
Por F.M.
La semana que pasó no fue buena para Juan Román Riquelme por varios motivos: primero Tabárez lo borró del encuentro clave frente a Racing por el Clausura (2-1), después el jugador tuvo un entredicho con el técnico y se autoexcluyó por “causas personales” del partido de ida por los octavos de final de la Libertadores ante El Nacional, lo que produjo un gran revuelo en la intimidad del equipo, y recobrada la confianza –ayer Román salió a la cancha con la cinta de capitán, como para que no queden dudas– jugó apenas 37 minutos antes de que el árbitro Fabián Madorrán lo expulsara por tirarle una trompada al volante de Banfield, Fabián Santa Cruz. Sin embargo, una pequeña luz se encendió ayer de cara al futuro: con el ascenso a Primera del Atlético de Madrid, crecen sus chances de jugar la próxima temporada en España; el presidente de esa entidad, Jesús Gil, admitió ayer el interés y prontas negociaciones.
Aún afectado por el secuestro de su hermano Cristian –la semana pasada debió compadecer ante la Justicia por su participación en las negociaciones con los secuestradores– y por el intercambio de opiniones con Tabárez, Riquelme completó ayer una semana para el olvido: fue expulsado por primera vez en su carrera (151 partidos) por defender su honor ante Santa Cruz, quien teniéndolo que marcar en una jugada optó por desequilibrar al jugador boquense manoseándole el trasero, y éste respondió arrojándole un golpe, que concluyó en la determinación de Madorrán de expulsarlo, hecho que, sumado el pésimo arbitraje, luego fue duramente criticado.
“Le aconsejaría a Madorrán que no dirija nunca más”, llegó a decir ayer Pompilio, quien agregó: “Yo digo que hay que ver muy bien los videos, cada decisión que se tomó y después el Tribunal considerará qué es lo que estuvo bien y qué es lo que estuvo mal. Yo quiero saber y ver qué es lo que va a decidir el Tribunal”. Por su parte, el árbitro explicó: “Lo que veo es el golpe que Riquelme le arrojó al otro jugador, pero luego en el entretiempo me dijeron que el de Banfield le había metido un dedo en el culo (sic) a Riquelme. Eso no lo vi”.
Tras la derrota, segunda consecutiva en el certamen local, el plantel xeneize se retiró de la cancha sin formular declaraciones.