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El final del segundo ciclo de Oscar Washington Tabárez como técnico de Boca parece cada vez más cercano. Hasta ahora sólo se trataba de rumores y de especulaciones periodísticas. Sin embargo, ayer fue el propio entrenador el que dejó entrever que en cualquier momento puede dar un paso al costado. “Los que me conocen, saben que jamás voy a ser un obstáculo para Boca”, remarcó Tabárez en la conferencia de prensa posterior a la derrota 4-3 ante Racing. De esa manera, el uruguayo les mandó un claro mensaje a la dirigentes: si Mauricio Macri y la comisión directiva lo quieren, Tabárez dejará de ser el técnico de Boca.
La semana de Tabárez no pudo ser peor. El miércoles, en Salta, se fue insultado por los hinchas luego del empate ante Gimnasia, que determinó la eliminación de la Copa Sudamericana. Ya en Buenos Aires, el técnico denunció que existía una campaña orquestada que pretendía desestabilizarlo. Para completarla, ayer su equipo dejó escapar un partido que tenía ganado, y los hinchas volvieron a arremeter contra el entrenador. Luego de la derrota, cuando los jugadores se retiraban a los vestuarios, los plateístas se juntaron sobre la boca del túnel para insultar a Tabárez, y hasta le tiraron botellitas de agua. En el playón de la cancha, cuando el plantel se subía al micro para retirarse, los cuestionamientos hacia el técnico reaparecieron, así como los cantos en favor de Carlos Bianchi, su antecesor en el cargo. “Que de la mano/ de Carlos Bianchi/ todos la vuelta/ vamos a dar”, fue el coro que despidió a Tabárez de la Bombonera.
Tras el partido, la desazón de Tabárez fue indisimulable. “Los que me conocen, saben que jamás voy a ser un obstáculo para Boca. La realidad me ha sorprendido, nunca seré ningún obstáculo para el club, entonces no me pregunten si voy a renunciar”, aseguró el entrenador, ante la consulta sobre si la eliminación en la Copa y la derrota ante Racing “lo obligaban a dar un paso al costado”. Incluso Tabárez les dejó las manos libres a los dirigentes para arreglar una eventual salida prematura. “Si soy yo la causa de los problemas, todo es muy fácil. No habrá un obstáculo. Yo tengo total disposición para cualquier solución que se quiera dar”, comentó el técnico, que tiene contrato hasta fin de año. Sin embargo, cuando se le pidieron más precisiones sobre una hipotética renuncia, el técnico volvió a ponerse a la defensiva. “No me hagan recontestar. No me pregunten si voy a renunciar, si voy a hacer esto, si voy a hacer lo otro, porque es poner en mi boca cosas que yo no voy a decir”, señaló el uruguayo.
Más allá del nerviosismo que mostró frente a los periodistas, el técnico admitió que entiende el malestar que los hinchas mantienen con él. “Tienen todo el derecho de estar contrariados. Estoy seguro de que la mayoría está menos contrariado que yo, que aunque no soy hincha, soy un profesional que está trabajando para eso y la realidad me ha sorprendido. Sí sé que alguien se tiene que hacer responsable de lo que sucede. Más allá de que no le encontremos explicación, aparecieron cosas que no me las esperaba. Y el responsable del rendimiento futbolístico del equipo es el entrenador. Es algo que lo asumimos”, señaló Tabárez. El técnico ya hizo su jugada y dio sus explicaciones. Ahora, la voz la tienen Macri y los dirigentes.