- Un poco de serenidad. Esta vez no bajó tanta presión desde la tribuna y el equipo no se desesperó a pesar de que el gol no llegaba. En el primer tiempo Sava pudo haber marcado con un par de cabezazos, Avalos también lo tuvo de mediavuelta y parecía que nuevamente se iban con las manos vacías.

- La actitud. Después del tiro libre de Sosa que abrió el juego, Racing siguió yendo. No se tiró atrás como contra Vélez, aguantó la pelota lejos de Navarro y aprovechó la expulsión de Báez para no sufrir en el final.

- Arsenal no fue oposición. Alfaro cambió varias veces de esquema pero nunca supo cómo entrarle a Racing. Fue un equipo partido: mucha gente atrás y el Papu Gómez y Calderón aislados arriba, lejos del resto.