Como casi nunca le había sucedido desde que se instaló en la cima del fútbol mundial, Lionel Messi sufrió altibajos pronunciados en su rendimiento, además de terminar 2014 sin dar una vuelta olímpica. Pero, a pesar de ello, no hubo record que se le resistiera: el 16 de marzo metió tres tantos para el 7-0 sobre Osasuna y se convirtió en el máximo goleador del Barcelona por encima de Alcántara. Una semana después, con tres goles en el Bernabeu, dos de ellos de penal, llegó a 21 tantos y superó a Alfredo Di Stéfano como máximo goleador de los clásicos Real Madrid-Barcelona. Pero el gran logro llegó el 21 de noviembre, cuando se despachó con otro triplete en el 5-1 sobre Sevilla y pasó a Telmo Zarra como máximo anotador de la Liga de España. Y tres días más tarde repitió la dosis en el 4-0 ante el Apoel Nicosia, para dejar atrás la marca de Raúl como máximo goleador de la Champions League.