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Domingo, 4 de julio de 2004

Un grano en la lengua

POR MARTÍN DE AMBROSIO

Al oficial III Congreso de la Lengua le salió un grano: mientras la Real Academia Española esté llevando a cabo su congreso entre el 17 y el 20 de noviembre –con apoyo de los Estados nacional y provincial–, en la mismísima Rosario habrá otro congreso, el I Congreso de las Lenguas, organizado con vocación contrahegemónica por el Servicio de Paz y Justicia (Serpaj), la cátedra de Etnolingüística de la Universidad de Rosario y el Movimiento Nacional de Fábricas Recuperadas, entre otras entidades. El Congreso de las Lenguas buscará reivindicar el origen no español del continente y proclamar la autonomía lingüística, en desacuerdo con el verticalismo madrileño. El encuentro rosarino promete variadas intervenciones artísticas y de investigación (mesas de debate, conferencias, talleres, homenajes) que girarán en torno de ejes tales como “Las lenguas y la identidad”, “Las lenguas y los medios de comunicación”, “Las lenguas y el género”, “Las lenguas y las decisiones políticas” y “La lengua como derecho”, entre otros.
Como adelanto de lo que va a ser aquel plural congreso, el pasado sábado 19 se realizó en el Hotel Bauen recuperado una Jornada de Lenguas y Lenguajes. Allí hubo diversos talleres de lenguas y culturas indígenas, proyección de videos del Movimiento de Documentalistas, intervenciones teatrales, una radio abierta, muestras de fotografías y pinturas, y una colorida banda de sikuris –ejecutantes del sikus– que impuso su ritmo al lobby del hotel durante toda la tarde. La presencia indígena no es casual, dado que ellos son los eternos olvidados por la lengua española: los imperios conquistan no sólo con la espada, como ya lo sabía el mismo Antonio de Nebrija, autor de la primera gramática de la lengua castellana, impresa no casualmente en 1492.
En la presentación del congreso, el profesor Rodolfo Hachén (de la cátedra de Etnolingüística de la Universidad Nacional de Rosario) señaló que no tienen la intención de presentarse exclusivamente como un contracongreso sino como “un congreso a favor de todos, que dé cuenta del mestizaje, que es la verdadera identidad cultural iberoamericana”. Igualmente, Hachén no se privó de señalar que la Real Academia Española “tiene el mismo origen social de la policía y arbitrariamente se autoconcede el privilegio de permitirnos o vedarnos el uso de vocablos, más allá de que para nosotros sean cotidianos”. Más tarde, Hachén le contó a este cronista que el congreso, además de ser gratuito para todos los participantes, no recibe subsidios de ninguna clase. Y explicó por qué se rehúsan a aceptarlos: “El Estado ya apoya al otro congreso (y con jugosos fondos), de modo que no pueden estar en dos lados al mismo tiempo”.
Por su parte, el Premio Nobel de la Paz en 1980, Adolfo Pérez Esquivel, le contó a Radarlibros en el lobby del Bauen qué significado tiene este Congreso de las Lenguas del que es presidente honorario. “Lo primero es el rescate de la identidad y los valores de nuestra cultura. Rescate también de la palabra y el pensamiento de los pueblos, para su vivir y sentir. Y tiene la importancia de rescatar también el valor de compartir, en medio de la globalización que mata las culturas y establece un pensamiento único. Este congreso tiene que servir para buscar el pensamiento propio, beber de las fuentes de nuestros pueblos originarios, castigados, violentados, porque es claro que aquí se cometió un genocidio, un verdadero etnocidio. Y si bien Roca conquistó el supuesto desierto, no pudieron destruir la palabra, que queda viva en los pueblos, en su mente y en su corazón. Al fin, la palabra es lo que somos.” Pérez Esquivel contó que se invitará a representantes de las lenguas oprimidas no sólo en América sino también en España: el catalán, el vasco y el gallego.
Existe la idea generalizada de que la Argentina es el país menos latinoamericano de Latinoamérica, ¿será por eso que se eligió a Rosario como sede del encuentro de la Real Academia Española? “No –contestó terminantemente Pérez Esquivel–, la Argentina no es europea, como se quiere creer. Todavía está viva acá la identidad, la conciencia crítica y la espiritualidad de los pueblos originarios. Por eso es que tenemos que lograr escuelas bilingües que incluyan a los indígenas. Por eso le escribí una carta a Luciano Benetton (que sostiene un litigio con los antiguos pobladores de sus estancias en la Patagonia), diciéndole que no todo se puede comprar con dinero; podrán comprar la tierra, pero no a la Pachamama. En esa carta abierta, nosotros lo invitamos a venir para que él personalmente entregue eso que no le pertenece.”

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