Sábado, 31 de diciembre de 2005 | Hoy
FRANCO VOLPI: "EL NIHILISMO"
El nihilismo tiene su historia, y en este ensayo se la relata brevemente. De Turgeniev a Nietzsche y Heidegger, un lúcido recorrido persiguiendo a la nada.
Por Mariano Dorr
El nihilismo
Franco Volpi
Biblos
196 páginas.
Una primera definición de nihilismo sería la que nos dice que el término proviene de “nihil”, nada. Sería, entonces, el pensamiento obsesionado por la nada. Pero esta respuesta no nos dice nada acerca del fenómeno del nihilismo en la historia. Lo cierto es que el hombre “se encuentra en una situación de incertidumbre y precariedad”, señala Franco Volpi, profesor de Filosofía en la Universidad de Padua. Esta incertidumbre y precariedad es una de las consecuencias del proceso de desmantelamiento de los valores y conceptos tradicionales; y la historia de ese desmoronarse de los valores, es la historia del concepto y el problema del nihilismo. Este libro se plantea como una historia sucinta de ese problema.
En una primera aproximación al término, Volpi se refiere a la presunta paternidad de Turgeniev (que en su novela Padres e hijos, calificaba de “nihilista” al protagonista, queriendo señalar con ello un cierto materialismo, desencantamiento y rebeldía contra los valores de los “padres”). Sin embargo, si bien es cierto que Turgeniev popularizó la palabra a través de su novela, el concepto ya había sido utilizado. Volpi hace un repaso tan breve como exhaustivo de cada uno de los ámbitos en que aparece el término (romanticismo; idealismo; nihilismo en sentido social y político; anarquismo y populismo ruso, etc.), prefigurando la definición que llegaría a tener con Nietzsche: “Nihilismo: falta el fin; falta la respuesta al ¿para qué?; ¿qué significa nihilismo? Que los valores supremos se desvalorizaron”.
El análisis del nihilismo en la obra de Nietzsche ocupa la mayor parte del libro, deteniéndose en las lecturas (Mainländer, Bourget y Dostoievsky) que llevaron a Nietzsche a diagnosticar el problema del nihilismo como la enfermedad de Occidente. Lo que en La Gaya Ciencia aparecía representado por “la muerte de Dios”, luego es interpretado por Nietzsche en términos de “nihilismo”. Dios, la Verdad, el Bien, pierden su valor supremo, generando un estado de “falta de sentido”. Volpi cita a Nietzsche: “Describo lo que vendrá: el advenimiento del nihilismo...”. El momento de la caída y crítica de todos los valores: “La que cuento es la historia de los próximos dos siglos”, escribía Nietzsche. Volpi nos recuerda que Thomas Mann, más tarde, declararía que “quien toma en serio a Nietzsche, quien lo toma al pie de la letra y le cree, está perdido”.
Ahora bien, el filósofo que más se detuvo a pensar el diagnóstico nietzscheano fue, sin dudas, Heidegger. Más allá del gesto heideggeriano -muy discutible, hoy– de colocar a Nietzsche como “el platónico más desenfrenado de la historia de la metafísica occidental” (Heidegger lee a Nietzsche como una inversión, a secas, del platonismo), el autor de Ser y Tiempo sigue siendo el principal referente en la elucidación del pensamiento nietzscheano. Volpi recorre el camino del pensar heideggeriano, desde sus primeras menciones de Nietzsche, hasta su “década nietzscheana” (1936-1946), donde se concentraron los cursos que luego, en 1961, fueran publicados en su Nietzsche.
Volpi no intenta encontrar una solución al problema del nihilismo, sino mostrar su historia: “El nihilismo nos ha dado la conciencia de que nosotros, los modernos, estamos sin raíces, que estamos navegando a ciegas en los archipiélagos de la vida, el mundo y la historia”. No tenemos a dónde ir. Quizás nos acerquemos al momento crucial, para salir de nuestra enfermedad, de crear un nuevo Dios. Pero, ¿cómo sería ese Dios, después de Nietzsche?
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