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Domingo, 7 de octubre de 2007

Vivir sin límites

 Por Martín Pérez

Para Hazel Rowley, Jean-Paul Sartre y Simone de Beauvoir encarnan una de las grandes parejas de la historia. Así lo deja bien en claro la autora de Tête-à-tête (Sartre y Beauvoir es el título con el que acaba de publicarse en la edición de Lumen) en las primeras páginas de su libro. Tanto como intelectuales librepensadores y comprometidos así como modelo de una pareja libre, ambos devinieron rápidamente iconos después de la Segunda Guerra Mundial, y gozaron de un último ramalazo de juventud embanderándose detrás del Mayo Francés. Entre los slogans que recorrieron las calles de París por aquellos tiempos, señala Rowley, Vivir sin límites era el preferido de Simone de Beauvoir. "Ambos fueron rebeldes durante toda su vida", escribe en el prólogo. Y agrega: "Como estudiantes, cumplieron con brillantez con el sistema educativo francés y, sin embargo, volvieron la espalda a la rigidez académica y a las exquisiteces burguesas, y desdeñaron cualquier cosa que tuviera algo que ver con las convenciones establecidas". Luego de aclarar que deja para otros el trabajo de juzgar sus textos, su posición política y los intrincados detalles de sus vidas, Rowley se entrega de lleno al tema de su libro: la vida no-tan-íntima de esa extraña pareja. "Al pensar en ellos evocamos la libertad", escribe la autora, pero durante las más de 500 páginas de su libro lo que se percibe es más bien la dependencia entre sus dos casi exclusivos protagonistas, y la que crece entre ambos y sus respectivas amantes, de quienes Sartre se sentía tan responsable en sus últimos años al punto de tener que dividir cuidadosamente los días de su semana para poder pasar un rato con todas las integrantes de lo que llamaba su familia. "Me siento como la enfermera del barrio", se quejaba Sartre por entonces. Comenzando con el primer encuentro entre ambos en 1929, y prácticamente cerrando su narración con la muerte de Sartre en 1980, el libro de Rowley abreva tanto en las abundantes memorias de Beauvoir como en las farragosas cartas de Sartre para contar la historia de una relación abierta, llena de triángulos amorosos, y una endogamia casi enfermiza. Con Simone de Beauvoir sufriendo estoicamente cada vez que un nuevo amor de Sartre lo alejaba de ella, y con un Sartre inseguro, que terminaría atrapado por sus mujeres, empastillándose para poder seguir trabajando sin cesar, y consumiendo altas cantidades de alcohol.

Tanta comedia sentimental terminó dividiendo a sus sucesores en dos bandos irreconciliables: del lado de Beauvoir su hija adoptiva Sylvie (que en el libro describe su relación con Simone como "carnal pero no sexual"), y del lado de Sartre su también hija adoptiva Arlette, con la que tuvo una breve aventura cuando él tenía 51 años y ella 19. Además de negarle el acceso a Rowley a las cartas inéditas de Sartre, Arlette consiguió prohibir a último momento la publicación de extractos de las cartas que el escritor había enviado a sus amantes, razón por la cual hay dos versiones del libro, una expurgada en Europa y otra completa en los Estados Unidos, ya que sus leyes de copyright son más laxas. Considerado como el mejor libro de no ficción literaria del 2006 por la revista francesa Lire y sorprendente best seller en Brasil, Sartre y Beauvoir tiene resonancias de revista Pronto pero como si ésta estuviera protagonizada nada más y nada menos que por los autores de La náusea y El segundo sexo en el lugar de las modelitos televisivas del momento. Aunque la vocación de sus protagonistas de tomarse en serio cada uno de sus cabildeos románticos aleja al libro de ese posible referente. Y permite recorrer sus vidas como un viaje fascinante y plenamente humano, especialmente por todas sus debilidades.

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