Domingo, 6 de mayo de 2012 | Hoy
AMéRICA
Al momento de retomar los imaginarios escatológicos de América, Colombres va más allá de las mitologías de las grandes civilizaciones precolombinas, para abordar las de otros grupos que se han desarrollado en parte del territorio nacional, como sucede con los guaraníes. Dentro de su cultura –no estrictamente organizada ni jerarquizada a la manera de una religión moderna–, dicha etnia plantea la así llamada Ywy Mara Ey o Tierra Sin Mal, situada al Este, lugar al que se llegaba luego de atravesar el Pará Guazú Rapytá o Gran Mar Originario (que no sería otra cosa que el Atlántico y sus correspondientes subdivisiones en los mares de las legítimas, pero inexistentes costas paraguayas). Allí, la tierra sería la misma que ésta, pero sin los males que la acosan, como la muerte o la vejez, en donde, por caso, el sexo se puede practicar libremente sin necesidad de que medie matrimonio alguno.
¿El cielo cristiano de los conquistadores o el mundano de las comunidades indígenas? Agrega Adolfo Colombres en esta entrevista: “El espacio tiene tres dimensiones, y toda valoración que se haga de ellas es por fuerza ideológica, e implica una puesta en valor que no es natural, sino cultural. El cristianismo naturalizó la superioridad de la dimensión vertical, con lo que distrae a nuestros pueblos de esa horizontalidad fraternal que el filósofo francés André Comte-Sponville llama ‘éntasis’, para oponerla al individualismo delirante y la fuga hacia arriba que caracteriza al éxtasis, tema del que se ocupó Roger Bastide. En el libro me extiendo en los mitos, tanto argentinos como de los países vecinos, de las mujeres-estrellas, en los que no se exalta el cielo en modo alguno. La cultura criolla ha tomado el cielo con mucho humor, no sólo quitándole dramatismo y seriedad, sino dando por sentada su irrealidad y mostrando lo aburrido que es”.
© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina | Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados
Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.