En Concepción, Tucumán, viven 50.000 personas, pero cada día la ciudad recibe otras 10.000 que llegan a trabajar. Con esta cifra queda claro el gran movimiento de gente que diariamente vuelve a sus casas luego de trabajar en tareas vinculadas con el cultivo de la caña de azúcar. Situada a 70 kilómetros al suroeste de la capital provincial, San Miguel de Tucumán, Concepción tiene en el transporte público un nudo que actualmente requiere de revisión y mejoras urgentes.

Por eso se organizó un concurso nacional de ideas para resolver un centro de transferencia que organice el nudo de transporte de ómnibus y la futura vinculación con una estación de trenes. Además y como forma de solventar el funcionamiento, se prevé la construcción de 600 m2 de área comercial.

Para el proyecto se destinaron cinco hectáreas al sur de la ciudad, actual límite con el campo. En un futuro, la estación polimodal tendrá como vecinos a dos barrios de viviendas, con 150 unidades cada uno. La propuesta de los organizadores es que se estudie no sólo la estación sino su vinculación a los dos sectores de la ciudad y que con el espacio vacante se diseñe un parque recreativo.

El 21 de febrero se entregarán los trabajos en todo el país. Por los 2000 metros cuadrados de obra más espacios exteriores, parque y circulaciones, el Colegio de Arquitectos de Tucumán y la Municipalidad de Concepción destinan 30.000 para el ganador del concurso. Además dejan bien aclarado que “la Municipalidad no adquiere otra obligación para con los ganadores del concurso que el pago de los correspondientes premios”.

Esta aclaración no es más que una bajada de pantalones por parte de los arquitectos organizadores, que de esta manera dejan en libertad a la municipalidad de tomar la idea ganadora y desarrollarla por su cuenta, y a los ganadores sin el trabajo ganado con todas las de la ley. ¿Concursos vinculantes? No, gracias.

Esto es un claro ejemplo de la difícil situación en que se encuentra el trabajo profesional en relación con la obra pública. Es meritorio que los tucumanos, desde el Colegio de Arquitectos de Tucumán, eligieran el camino de la confrontación de ideas a nivel nacional, a diferencia de otros colegios –como los actuales llamados desde San Juan para diseñar un parque conmemorativo del terremoto de 1944– que restringen la participación a los profesionales que están matriculados en su provincia. Otro ejemplo similar es el llamado actualmente en curso de Tandil y el área vinculada con la piedra movediza: para participar es necesario ser de Buenos Aires.

Dentro de Fadea desde hace tiempo que se está trabajando para convalida las matrículas de modo que todos los profesionales puedan ejercer con un solo carnet en todo el país. Algo de lo que pocos se acuerdan mientras sueñan con vínculos con el exterior, sin antes resolver el vínculo con nuestras provincias.