Los diseñadores de Estados Unidos están hablando, y mucho, de un nuevo producto de Apple. Es el iPod Shuffle, un MP3 y etcétera para grabar música. El producto es bellísimo y originalísimo, como todo lo que diseña Mac últimamente. Pero lo que suscita comentarios y teorizaciones, es que salió al mercado 99 dólares. Es la primera vez que Apple baja de la estratosfera elitista en la que deliberadamente vivía, un cambio notable de rumbo.

Por lo que se sabe del balance de la compañía, el 2004 fue un año histórico para la Mac, que se cansó de vender iPods, iMac e iBooks. Los productos Apple ya están instalados como de alto nivel, sofisticados y hermosos, con esa D mayúscula que es el diseño como valor agregado. El mercado recibió al Shuffle como la oportunidad de tener un Mac al precio de un clon.

La novedad, entonces, está en que por primera vez a nivel masivo Diseño no es sinónimo de alto precio. Suele suceder que entre más sofisticado es el aspecto del producto, más desconfía el indio, que sabe que la etiqueta tendrá más ceros. Para Eric Chan, presidente y fundador de Ecco Design, que tiene entre otros clientes a Toyota, Apple va por el buen camino. “El diseño ahora es un commodity –explica– y hasta los chinos están empezando a hacer cosas bonitas y bien diseñadas a muy buen precio. La novedad y el estilo están sobrevaluados en el mercado.”

Lo que dice Chan hace eco a un slogan nuevo: pida más por menos dinero. Y a una tendencia nueva de éxito en vender tanto comidas como ropa, la de crear “genéricos inteligentes”, objetos bien pensados y diseñados, a precio “normal”. El presidente de la Asociación de Diseñadores Industriales de EE.UU., Bruce Claxon –director de diseño de Motorola– explica que los productos sofisticados y caros crean una sensación de culpa por comprarlos, a menos que uno sea rico. “Uno piensa que es frívolo comprar algo caro porque está bien diseñado”, dice Claxon. “Pero si el diseño está a buen precio, entra a la cabeza de otro modo.”

Todos los que observaron los últimos dos años de Apple coinciden en que no se puede vivir de los ricos y hay que ir a mercados más masivos. El diseño es un arma más formidable que nunca en estas condiciones, para ganar mercado. Y dinero.