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Jueves, 21 de julio de 2016

Cornociencia

Según el Lic. Gastón Morales, consultor y speaker en neurociencias aplicadas a la creatividad y al desarrollo personal, “cuando los infieles actúan, ciertas zonas de su cerebro se activan más de lo normal, como la amígdala cerebral, el tálamo e hipotálamo, lo cual nos lleva a sentir emociones como la euforia, la alegría, el amor, el apego, la emoción, el placer y el peligro”. En efecto, por ahí radican algunos de los motivos –químicos, neurológicos, humanos– que “justifican” la infidelidad. “Algunas investigaciones trabajan en la hipótesis de que la infidelidad está asociada con una variación de la dopamina D4, un neurotransmisor relacionado con comportamientos adictivos y de placer al riesgo.” Sucede que el cerebro es un órgano energéticamente eficiente y siempre intentará maximizar el placer con el “mejor costo de acceso” a la recompensa. “En ese sentido, el ecosistema virtual promete un ‘viaje sin escalas’ al premio, estimulando fuertemente su uso.”

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