Domingo, 10 de febrero de 2013 | Hoy
INEVITABLES
Reestrena la multipremiada obra de Steven Berkoff, con traducción de Rafael Spregelburd y puesta de Analía Fedra García. Berkoff reescribe Edipo Rey, de Sófocles, y sitúa el mito en Londres, en la década del ’80. La violencia en el fútbol, los odios raciales, la especulación económica, la pérdida de contacto de unos con otros y la explotación laboral son algunos elementos que describen a la peste contemporánea. Eddy, un guerrero incansable, pelea para destruir a la peste. Su fuerza vital nace del amor que siente por su esposa. La obra es una historia de amor que nos interroga una y otra vez sobre la esencia del amor, su manifestación y su potencia. Con Ingrid Pelicori, Roxana Berco, Horacio Roca y Martín Urbaneja.
Viernes y Sábados a las 22.45, Centro Cultural de la Cooperación, Corrientes 1543. Entrada: $ 80.
Tres monólogos para desentrañar una misma historia: el de la esposa que descubre aquello que se hallaba en un profundo silencio; el del hombre que habla de su deseo, su conquista, sus contradicciones y su desilusión; y el de la amante, que cuenta detalles controvertidos sobre su vínculo derrotado. Tres monólogos que permiten al espectador apreciar los diferentes ángulos de este triángulo amoroso. Una historia de amor, pasión, ocultamientos y traición concebida por Sándor Márai en su magistral novela que tuvo en la Argentina más de treinta ediciones y que revela un extraordinario modo de mostrar las diferentes tonalidades de las emociones humanas. “Frente a este texto, es difícil olvidar que Márai inició su carrera literaria como poeta porque este aliento se mantiene en La mujer justa”, asegura Hugo Urquijo, su director. Con Graciela Dufau, Arturo Bonín, Victoria Onetto, Pochi Duchase y Hugo Urquijo.
Viernes y sábados, a las 22.30, en la Sala Solidaridad del Centro Cultural de la Cooperación, Av. Corrientes 1543. Entrada: $ 100.
Tres años después de su prometedor debut homónimo, que hizo babear a los fanáticos del rock nacional con aroma a fines de los ’80, el joven grupo del cantante Alejandro Schuster confirma su lugar dentro de la escena indie porteña con este Agua, sal y fiebre. Si Viva Elástico (2009) salió al mundo cuando la banda todavía no había encontrado su formación, este segundo álbum tiene un sonido menos crudo, pero más maduro y coherente, menos Don Cornelio y más Virus. Con invitados como Leo García en el tema que bautiza el disco, Flavio Echeto en “El murmullo” y Ale Sergi haciendo unos hermosos coros en “La traición”, uno de los grandes temas del álbum, Agua, sal y fiebre tiene con qué hacer frente a la inevitable comparación con aquel debut lleno de hits inmediatos, como “La radio” o “Imágenes de amor”. Menos instantáneo, pero ganando cuerpo con cada escucha, este segundo álbum confirma a Schuster como cantante y letrista, así como celebra la conformación de un quinteto que se completa con Mateo Zabala en guitarra, Juan García del Val en batería, Santiago Pacek en bajo y Juan Condori en teclado.
No se puede decir que el cuarto disco de este grupo integrado por dos violines, una viola y un violoncello sea más de lo mismo, principalmente porque aquí hay un percusionista invitado y hasta un tema cantado: “Quien te viera”, de Mateo, en la voz de Rubén Rada. Pero para compensar el eminente carácter instrumental del cuarteto, Tobismo incluye como bonus el mismo track sin Rada. Dedicados a adaptar a su particular formato clásicos del repertorio popular rioplatense, Tobismo mantiene la calidad y capacidad de evocación que el cuarteto entrega desde su debut, Anselmo (2003). Abriendo con “Mañana en el Abasto” (Sumo) y cerrando con “De mí” (García), Tobismo incluye versiones de Spinetta, Lazaroff y Páez, entre otros.
En años de abundancia de películas de terror de toda laya, pero por lo general atadas a las mismas dos o tres ideas –la porno tortura, la remake de fantasmas japoneses, el found footage de casa poseída–, este film de Scott Derrickson (director de la más que decente El exorcismo de Emily Rose) es casi un prodigio de originalidad y efectividad. Su protagonista es un escritor (Ethan Hawke), a quien su último éxito –un best-seller periodístico basado en la investigación de crímenes reales– ya empieza a quedarle un poco lejos, y busca desesperadamente su próximo gran libro. Así es como llega, arrastrando a toda su familia, a una casa de pueblo cuyos habitantes previos fueron asesinados de manera siniestra. Los clichés recién mencionados –los fantasmas a la japonesa, el found footage– no están ausentes, pero son reformulados de tal modo que erizan la piel, en particular esas películas familiares en Súper 8 que terminan tan mal.
Bajo el nombre Incaa.Doc se lanzó hace unos meses ya una colección que reúne una cantidad considerable de documentales argentinos recientes que, tras un paso a veces fugaz por los cines, a menudo casi sin difusión, pueden llegar con esta edición al público más interesado. Hay que buscarlos –por los locales especializados de la avenida Corrientes, para empezar–, pero ahí están o pronto estarán, disponibles, títulos bien diversos como El ambulante, de De la Serna, Marcheggiano y Yurcovich, Buen día, día, de Pinto y Constantino, Los resistentes, de Fernández Mouján, Buenos Aires, la línea invisible, del recientemente fallecido Sergio Bellotti, Cuento chino clasista y combativo, de Pepe Salvia, Gorri, de Carmen Guarini, Los jóvenes muertos, de Leandro Listorti, Maytland, de Marcelo Charras y Hacerme feriante, de Julián D’Angiolillo.
Doce años atrás, después de dos Toy Story y la remake de Los siete samuráis protagonizada por insectos de jardín (Bichos: una aventura en miniatura), Pixar se consolidaba como el futuro del dibujo animado con esta fábula protagonizada por los encantadores monstruos que hacen de nuestras pesadillas un lugar tan interesante para habitar por las noches. La trama tiene sus trampas –las sombras de nuestro subconsciente se ven reducidas por el capitalismo: producción seriada, trabajo con horario y cadena de montaje–, pero el diseño visual y de personajes, y en particular los dos protagonistas, el gigante bonachón de James P. Sullivan y el irritable Mike Wazowsky, apenas un ojo con extremidades verdes, así como sus afectuosos homenajes a los clásicos de otra compañía (la Warner) la convierten en un espectáculo mágico e hipnótico. Que el efecto estereoscópico, el 3D digital con que es relanzada en cines esta semana, realza y potencia, logrando una experiencia que valdría la pena incluso si sólo se viera limitada a su clímax: la increíble, surrealista secuencia visual de las puertas de los sueños, auténticos portales de la percepción. Una obra maestra.
Una para la polémica. Por un lado, Robert Zemeckis vuelve a filmar gente de verdad después de sus artríticas experiencias animadas, y prueba que no se le atrofió la mano para la puesta en escena. Entroncada en una gran tradición de cine sobre borrachos y adictos, la historia arranca con la fuerza de un accidente de aviación, y luego deviene en un fascinante drama moral sobre el mundo contemporáneo. A pesar de que pronto queda probado que el accidente se debió a una falla técnica y de mantenimiento, la aerolínea intenta culpar al piloto, que sí, es un borracho pero salvó a cientos con una maniobra maestra. Una gran actuación de Denzel Washington y una resolución irritante prometen batirse a duelo ante cada espectador.
La nueva miniserie de Greg Berlanti aborda con nombre ficticio pero de manera más que obvia, la figura de Hillary Clinton, uno de los grandes misterios del ala política norteamericana “progre” de las últimas dos décadas. Muchos se preguntan cómo y por qué esta mujer de carácter le hizo el aguante al carismático presidente cuando sus infidelidades quedaron públicamente expuestas, qué pasó en el camino a convertirse en su sucesora y cómo es trabajar bajo las órdenes del hombre que le ganó la candidatura demócrata. Algunas de esas preguntas le dan forma a este programa un poco telenovelesco pero, ha señalado la crítica de su país, “capaz de ofrecer una divertida (y convincente) mirada sobre la compleja intersección de amor, género y política”. La que lo sostiene todo es, por supuesto, la gran Sigourney Weaver, en el papel de la secretaria de Estado, ex primera dama y ex precandidata presidencial Elaine Barrish, a la vez que desarrolla una sólida dinámica de antagonistas con Carla Gugino, como la periodista que escarba en su intimidad.
Lunes, a las 21, con repeticiones toda la semana, por HBO.
Tras cinco temporadas llega a su fin esta serie que nació en plena fiebre de Lost, que pudo haber sido la heredera de los Expedientes secretos X y que fascinó y decepcionó alternadamente a sus fans por media década. Al comienzo de esta última tanda de aventuras paranormales, Peter (Joshua Jackson), Walter (John Noble) y Astrid (Jasika Nicole) deben viajar al año 2036 para liberar a la bella Olivia (Anna Torv) del ámbar, y comprender, finalmente, que ella es la clave para derrotar a los “observadores”. Así que acá están, estos son, los episodios destinados a dar una respuesta final a los grandes interrogantes del programa: ¿Podrán salvar a la Tierra de la invasión? ¿Qué pasará con la mente de Walter? ¿Se reconciliarán Peter y Olivia?
Hoy, en continuado, desde las 15, o desde la madrugada del miércoles 13 (2 AM, de a un capítulo por noche), por Warner Channel.
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