Domingo, 3 de septiembre de 2006 | Hoy
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Un músico elige su tema musical favorito: Rodolfo Mederos y “A fuego lento”, de Horacio Salgán
Por Rodolfo Mederos
Una música que me ha gustado mucho siempre es el tango de Horacio Salgán “A fuego lento”. ¿Qué pasa con esa música? Pasa que en ese tango está todo el tango. Está todo el tango, primero, porque está toda la historia, y porque, técnicamente, los elementos que contiene son lo más elaborado y lo más refinado que el tango produjo. Son elementos absolutamente genuinos, auténticos; no son europeístas, como muchas veces pasa con muchos músicos que quieren patear para otro lado. Es una obra de una vanguardia inusitada –creo que todavía no se ha escrito nada más moderno que eso– y con un estilo y una personalidad pocas veces igualada. Pero creo que para seguir explicando por qué es así, a partir de ahora tendría que abrir una partitura y hacer comentarios técnicos. No quiero sonar antipático en esto, pero creo que es algo que no es fácil de detectar; es algo que si uno no se adentra en los refinamientos de un arte, no lo puede comprender. Hablo de estar adentrado con toda la sensibilidad de uno en temas artísticos y fundamentalmente en el tema del tango.
Grabé “A fuego lento” hace más o menos cinco, seis años, con el maestro Daniel Barenboim. Y la primera vez que lo escuché fue en la calle, en una galería comercial. Yo tendría unos dieciocho años; nací en el ‘40, así que habrá sido en el ‘58. Más tarde conocí a Salgán. Tengo un tango que he dedicado a Don Horacio Salgán, precisamente, y él estuvo presente en su estreno. No sé si llegué a contarle específicamente que su tango “A fuego lento” es lo que más me ha gustado siempre, pero él entiende que a través de esa dedicatoria mía que se llama, precisamente, “A Don Horacio Salgán” está un poco la dedicatoria a toda su obra, a todas sus obras, y entre ellas, “A fuego lento”. Nunca hablamos puntualmente con él de este tema, de mi fascinación por su tema, de que considero que en él está contenido todo el tango, y que no es europeísta, pero yo creo que él lo sabe. Y yo también lo sé. Son esas cosas que se saben en silencio.
Rodolfo Mederos (en bandoneón y dirección musical) y Miguel Poveda (voz) presentarán Diálogos, acompañados de la Orquesta Típica, hoy a las 21 en el Teatro Colón, Libertad 621 (Informes: 4378-7344. Más información: www.teatrocolon.org.ar)
Horacio Salgán compuso “A fuego lento” en 1953.
Salgán nació en Buenos Aires el 15 de junio de 1916. Estudió piano, ingresó al Conservatorio Municipal, fue discípulo de Amelia Weygand en armonía, de Marcoli en contrapunto y de Vicente Scaramuzza, Raúl Spivak, Alejandro Borosky y Pedro Rubeone en piano. A los 14 empezó a trabajar en el Cine Universal de Villa Devoto, tocando el piano durante la proyección de películas mudas. Más tarde fue designado primer organista de la Iglesia San Antonio (también en Devoto). A los 20 años ingresó a la orquesta de Roberto Firpo (también trabajó con Elvino Vardaro). A los 28 ya tenía su propia orquesta. Los dos cantantes más famosos a los que convocó fueron Edmundo Rivero (“tocaba muy bien la guitarra pero no tenía las condiciones que había que tener para los años ‘40: no era un galán y tenía la voz muy grave”, dijo de él) y Goyeneche, cuando aún trabajaba de colectivero. En el ’57 inició una dupla legendaria con Ubaldo De Lío que dio como fruto cientos de composiciones y arreglos. En 1960 organizó el Quinteto Real formado originalmente por el mencionado De Lío, Enrique Mario Francini (violín), Pedro Laurenz (bandoneón) y Rafael Ferro (contrabajo).
Para Salgán existen dos líneas tangueras, una ortodoxa y otra tradicional: esta última la representa, ha dicho, “Di Sarli, gran valor de nuestra música, que sentía esa forma tradicional del tango y lo hacía maravillosamente bien”. Y en la otra reúne a los que “se sienten portadores de un nuevo mensaje: Posadas, Bardi, Firpo, Martínez, Cobián, los dos De Caro, Delfino, Fresedo, Laurenz, Maffia, Vardaro”. Considerado un vanguardista que se ubica en una evolución del tango que empieza justamente en Posadas y Firpo y llega hasta Astor Piazzolla pero con escalas muy diversas, Salgán alguna vez ha dicho que “el tango es una música riquísima, tiene tanta amplitud, tantas posibilidades, que admite muchas formas, todas buenas y todas tango. Creo que es un error querer encasillarlo en sólo alguna de ellas”. Entre sus composiciones suelen destacarse, junto a “A fuego lento”, “Del uno al cinco” (su primer tango, compuesto en 1935), “Grillito”, “La llamo silbando”, “Don Agustín Bardi”, “Tango del eco”, “Aquellos tangos camperos”, “A una mujer”, “Homenaje a Pedro Laurenz”.
Las grabaciones de Mi Buenos Aires querido, el disco en el que Barenboim, Mederos y el contrabajista Héctor Console ejecutaron tangos de Gardel, Piazzolla y Salgán, y un par de Ginastera y José Resta, se realizaron en apenas dos fines de semana en octubre de 1995. En el repertorio se incluyeron tres temas de Salgán: “Don Agustín Bardi”, “Aquellos tangos camperos” (con Ubaldo De Lío) y “A fuego lento”.
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