Domingo, 24 de noviembre de 2013 | Hoy
SALí
Por Eleonora Biaiñ
Con vista a la plaza Castelli, las mesas en la vereda son objeto preciado. Por eso, apenas inauguró Maru Next Door, estas mismas mesas se ocuparon rápidamente de transeúntes con ganas de disfrutar del calor de primavera. El nuevo local, separado del original Maru Botana sólo por la arcada de ingreso a un garaje, es espacioso con sillas y mesas cómodas, lámparas vistosas y detalles de herrería, molduras y utensilios de cocina antiguos, que logran una decoración cálida y amigable.
Importada de Nueva York, la idea de “el local de al lado” renueva la propuesta de Maru Botana. En este caso, con una carta de platos fijos (salmón rosado, entraña), postres para el almuerzo y dulces que se suman a los “de siempre”. Como las tarteletas individuales de frutilla con crema pastelera o de maracuyá con mango (ambas $ 35), los budines de porciones XL ($ 26) y los cinnamon rolls ($ 12). “Lo nuevo es más delicado y liviano”, explica la pastelera Corina Ferrari.
Cuando hace una década Maru Botana abrió su primer espacio, quería ofrecer sólo pastelería, su especialidad. Pero el público demandó platos salados y más livianos; así, la oferta sumó tartas y ensaladas. La fórmula se repitió luego en sus tres siguientes locales, pero fueron sus generosas tortas de 30 centímetros de diámetro las que se convirtieron en marca registrada. Una lista que incluye el sablé de almendras –tres capas con dulce de leche, crema y frutos rojos–; la torta de brownie con dulce de leche, mousse y rulos de chocolate, y el marquise con frutos rojos, entre otras ($ 40 la porción, para compartir).
Para el té de la tarde, hay jugos y licuados de frutas combinadas ($ 30), opciones frutales como los cuadrados con base de pionono y crema de limón ($ 26) y, para compartir, el Sweet Next Door, que incluye scons, una tarteleta o porción de torta, un sándwich en pan brioche, una porción de budín, café con leche o té para dos ($ 105, total). Vale la pena conocer este nuevo Maru, a una puerta de distancia.
Maru Next Door queda en Echeverría 3230. Horario de atención: martes a domingo de 11.30 a 20.30.
Una de las mujeres es la impulsora del proyecto, otra es una profesional gastronómica y la tercera es la que tiene “la mano” para los dulces. Con la energía de estas tres emprendedoras nació Zelmira Flores y Pasteles.
Pastelera autodidacta, Gabriela Salomón estudió Diseño industrial, pero siempre tuvo el deseo de tener un cafecito donde vender sus tortas. Logró concretar la idea con su amiga Claudia Fernández y su cuñada Cecilia Carena (dueña del restaurante Lotus). Al lugar lo bautizó con el nombre de su abuela, una señora pelirroja cuya cocina dejó huella en la familia.
El mobiliario y las paredes del local están pintadas de blanco, salvo uno de los muros, que exhibe las flores dibujadas por el artista plástico Rodolfo “Jojo” Johanes. En el salón, la barra semicircular convoca a tomar un rico café al paso. Afuera, junto a las mesas, llama la atención el coqueto puesto de venta de flores, que renueva sus ramos los lunes, miércoles y viernes.
En una cocina diminuta se elaboran la pastelería, panes, sándwiches, tartas y ensaladas. Las opciones dulces de tortas y tartas individuales son variadas (desde $ 32). Húmeda de chocolate con mousse de frambuesas, de brownie con dulce de leche y merengue, rogel, chiffon de vainilla, frutillas, crema y merengue italiano, de lima y merengue, de mousse de maracuyá. También hay cuadraditos y budines por menos de $ 10.
Zelmira Flores y Pasteles apuesta a cada momento del día. Hay desayunos como el que trae pan casero, queso blanco y dulce, jugo de naranja, café, té, submarino o Nesquik ($ 36). Al mediodía, salen platos rápidos como las tartas con verdes ($ 55), hamburguesa vegetariana ($ 62), sándwich de salmón ($ 62) y arepas de maíz blanco –realizadas por manos colombianas– rellenas con queso y acompañadas por vegetales grillados, guacamole y ensalada verde ($ 65), entre otras. Y domingos y feriados se sirven distintos tipos de brunch, desde $110. Pero sin dudas el mejor momento para visitar este lugar es de tarde, cuando las tortas y pastelería brillan con luz propia, compitiendo en intensidad con los colores de cualquier flor.
Zelmira Flores y Pasteles queda en Juramento 1295. Teléfono: 4706-3446. Horario de atención: lunes a viernes de 8 a 20; sábados de 10 a 20; domingos de 11 a 20.
Hace una década, María Laura D’Aloisio convenció a un consorcio de Recoleta de convertir un departamento de dos ambientes ubicado en una planta baja en un muy pequeño restaurante de apenas doce cubiertos. En ese momento, no le auguraron larga vida al negocio, y los clientes la miraron raro por pedirles que leyeran los platos del día de unos pizarrones que colgaban por arriba de sus cabezas. “No tener carta era un espanto”, recuerda María Laura. Con el tiempo, los vecinos la aprobaron y comenzaron a recomendar este lugar, escondido en ese rincón laberíntico de Buenos Aires llamado La Isla. Al cruzar la puerta, en una estantería, está la foto de Florencio, el bisabuelo de María Laura, entre la vajilla que también está a la venta: tazas, jarritos, tazones, mantequeras, lecheras, individuales, manteles y servilletas.
Desde su inauguración en un pasaje de Recoleta, Florencio Bistró & Patisserie mostró detalles que adelantaban a su tiempo: como el hecho de ser un comedor de una casa devenido en restaurante o presentar con tizas de colores los platos del día en una pizarra, dos cosas hoy muy comunes de encontrar en otros lugares porteños. También desde sus inicios, la pastelería se distinguió entre la oferta, con cheescakes (con frutos rojos, $ 48), budín de pera y caramelo ($ 40), o Nuestra torta de choco con capas de mousse y dulce de leche ($ 48). Las porciones son para compartir, aunque una buena idea es ir por la Degustación de pastelería ($ 120), que permite probar todo en pequeñas dosis personalizadas. Atención a las canastitas de masa sucrée (“que se deshace en la boca”) con dulce de membrillo, Malbec y frutos rojos ($ 30) y las galletitas danesas con jengibre ($ 36 los 100 g).
Para almorzar cada día se ofrecen dos platos, sándwiches (el de prosciutto, tomate asado, mozzarella y albahaca, $ 65), tartas (de puerro y cebolla, bróccoli y queso, $ 60) y ensaladas. Para beber, cervezas, vinos, tragos, jugos y licuados. Dos veces por semana se suman pastas, risotto o carne.
Hace diez años nació este lugar que adelantó a su tiempo. Un muy pequeño bistró con una gran propuesta.
Florencio Bistró & Patisserie queda en Francisco de Vittoria 2363. Teléfono: 4807-6477. Horario de atención: lunes a sábado de 9 a 20; miércoles y viernes abre para la cena, sólo con reserva previa.
Fotos: Pablo Mehanna
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