Domingo, 5 de enero de 2014 | Hoy
SALí
Por Eleonora Biaiñ
Empujada por el éxito de los outlets de ropa en Villa Crespo, en los últimos dos años creció también la propuesta gastronómica de este barrio lindero con Palermo. Entre las buenas novedades está Hasta la masa, un local que invita a hacer un stop en las compras. Si bien la carta ofrece sandwiches de pan casero, ensaladas y cosas ricas para la tarde, todo bien hecho, la especialidad sin dudas son las tartas saladas, con infinitas variantes de relleno (¡más de veinticinco!).
Cada día el menú se compone de por lo menos cuatro opciones, como la de calabaza y mozzarella, con masa de trigo multisemillas y cebolla; o la de espinaca con lomito ahumado sobre base de harina de trigo y orégano. También hay de berenjena con masa azucarada y pasas, de carne “tipo pastel”, de choclo y zapallito verde, entre otras. La masa siempre es bien delgada, crocante, de harina blanca o integral, y saborizada. Las tartas se pueden comprar enteras (desde $85, hay que encargarlas) y por porción (desde $20). Para comprar y llevar sólo hay que pasar por el mostrador, al que se accede por un pasillo que da a la cocina vidriada donde está Gabriela Gaudín al mando de los hornos pizzeros. Si la idea es comer en el local, se puede elegir entre las sillas y mesas ubicadas en el descanso de la entrada –con vista al ir y venir de gente– u optar por el amplio salón con capacidad para 60 cubiertos. Ambos espacios, decorados en colores azules y tonos cálidos, tienen por mobiliario mesas de madera –algunas hechas de pallets– junto con detalles antiguos y nostálgicos. El nombre del lugar, que Gabriela abrió con su socio Ariel Brontvain, surgió de cuando ella preparaba las tartas en su casa y hacía promoción de su producto estrella como “casero hasta la masa”. El logo semeja al escudo de un club, en el que puede verse una mano que empuña hacia arriba un palo de amasar. Toda una definición de principios. “Sobre una buena base, todos los nutrientes”, dice Gaudín, quien opina que la tarta –como las empanadas, los tacos y el shawarma– funciona como un envoltorio de los alimentos. Un envoltorio que, en Hasta la masa, encontró su mejor versión.
Hasta la masa queda en Loyola 642. Teléfono: 4777-0161. Horario de atención: lunes a jueves de 10 a 18; viernes
De noche lo frecuentan los que salen de los teatros de la avenida Corrientes. Al mediodía van los abogados de Tribunales. Para unos y otros, Sattva es un clásico entre las propuestas vegetarianas. La novedad más reciente es que este lugar dividió su propuesta en dos locales, ambos sobre la calle Montevideo. El nuevo, vecino al Paseo La Plaza, se autodenomina “bar natural y pizzería integral”, y también está dedicado a la comida ovolactovegetariana, con opciones veganas (o sea, sin productos derivados de animales).
En el más nuevo, la propuesta principal son las pizzas al molde y las empanadas, todas de harina integral orgánica, que se pueden comer en el local –tienen capacidad para 28 cubiertos–, llevar o pedir por teléfono. También ofrecen sandwiches, ensaladas, tartas y un plato del día.
Entre las diez variedades de pizza –que se venden por porción, entera chica y grande– son sabrosas la Sattva (con salsa de tomate casera, mozzarella, verduras asadas, hongos, tomates cherry y olivas negras, la porción a $22) y la Fugazzetta Sattva (mozzarella, cebolla asada, hebras de sardo, tomates cherry y albahaca, la porción a $21). En la opción vegana se reemplaza el queso por crema de tofu orgánico, y a la masa le suman salsa de tomate, alga nori y olivas (la porción a $16). También hay fainás (la porción desde $9) y empanadas, como la de calabaza y queso azul o la de champiñones, cebolla y mozzarella ($10).
Al mediodía, el menú (sandwich vegetariano con papas; canelones rellenos de calabaza y espinaca, tofu o queso, y milanesa de berenjena napolitana con tabuleh de lentejas) sale a precio preferencial: $45, con un jugo. Por la tarde abundan los vasos altos de licuados con mezclas de frutas (de $20 a $25, la jarra de litro a $45), que se pueden pedir con leche de almendras o el famoso wheatgrass ($14), y la merienda incluye tostadas, muffins, tortas y budines integrales. Recomendables el bizcochuelo de algarroba con manzana y el budín de coco con membrillo ($30, con helado $35). Dos locales para una misma idea: una cocina simple, rica, nutritiva y en porciones generosas.
Sattva bar natural y pizzería integral queda en Montevideo 372. Teléfono: 4372-2444. Horario de atención: lunes de 10 a 18; martes a viernes de 10 a 1; sábados de 10 a 2 y domingos de 20 a 1.
A partir del mediodía, en el microcentro, Mineral convoca para almorzar a los jóvenes de las oficinas cercanas. Hay bullicio: están los que hicieron pedido y esperan la entrega, y los que en bandeja blanca llevan su almuerzo desde la barra hasta alguna de las mesas dentro del local o a la vereda, al resguardo de las sombrillas.
El lugar –al igual que la mayoría de las mesas, entre ellas una alta que se comparte– está pintado de absoluto blanco. De sus paredes no cuelgan imágenes, ni carteles, ni publicidades; apenas hacen relieve unos azulejos. Por lo tanto, lo único que llama la atención es la comida en el exhibidor de la barra.
La oferta es de platos rápidos, frescos y sanos. La mayoría son ensaladas, como la Noruega, de salmón cocido, mezclum de hojas verdes, tomate, rabanitos, aceitunas negras, apio, zanahoria y alcaparras, con salsa golf casera elaborada con tomate confitado ($55). Pero también hay sandwiches, wraps y crêpes.
Entre los sandwiches tientan el Mendocino, con queso brie, jamón crudo, rúcula, pesto sin ajo y tomates confitados ($38), y el Pampa, de peceto en fetas, lechuga, salsa mostaza, pepino y tomate ($38). De los wraps, el salmón gravlax ($50) y el vegetariano ($42). Las carnes –de salmón, res, cerdo y pollo de todos los platos– están cocidas al vacío, a baja temperatura, lo cual aporta más sabor y “permite conservar sus propiedades nutricionales”, explica el chef francés Hervé Cauchy, uno de los dueños. Cuando Hervé se enteró de que había un proyecto para hacer peatonal la calle Reconquista, decidió junto a su socio Frank Giménez –otro francés en Buenos Aires– abrir Mineral en julio de 2007. Desde el inicio, la propuesta fue ofrecer platos ricos, sanos y de calidad a un público que hacía deporte y se cuidaba. Un año después, cuando se concretó la vía peatonal, pudieron poner mesas al aire libre.
Para sumar unas calorías, antes de irse, vale permitirse alguno de los clásicos y riquísimos dulces franceses, como los financier, canelé, sablé breton y clafoutis (entre $5 y $14). Comida rápida de alto sabor galo en el Bajo de la Ciudad.
Mineral queda en Reconquista 757. Teléfono: 4313-0099. Horario de atención: lunes a viernes de 8.30 a 18.
Fotos: Pablo Mehanna
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