El hospital Nôtre Dame à la Rose, ubicado en la aldea belga de Lessines, es una institución fundada en 1242 como refugio de pobres y enfermos que, tras servir por los siglos de los siglos como tal, finiquitó sus servicios en 1980, y es —hoy día— un museo que presta atención a su propia historia. Empero, no son las camas, el instrumental de otrora o la vajilla de peltre la que ha llamado la atención de medios locales y diarios franceses recientemente, sino un óleo sobre madera que emperifolla las instalaciones —posiblemente— desde el siglo XVI. Retratando la lamentación de ángeles y vírgenes alrededor del Jesús fallecido tras ser bajado de la cruz (tópico habitual del arte cristiano), allí se lo ve a Cristo tendido con su buena barba, sus cabellos... y un par de pechos abundantes, dignos de curvilínea mujer. Idem la cadera amplia que, anotan los sabiondos, es propia de dama parturienta.

“Parece Conchita Wurst”, advierten algunos periodistas, haciendo referencia a la mujer barbuda trans que ganó el premio Eurovisión 2014. Mientras, el curador del hospital, Raphael De Bruyn, cuenta que el cuadro “expresa las cualidades físicas de ambos sexos: virilidad masculina, fertilidad femenina”, pasa parte de una mesa de debate que discutirá las tetas del Hijo de Dios y opta por no hablar de androginia. Por lo demás, la explicación la ofrece el sitio del museo: “Muchos escritos hacen referencia a la parte materna de Jesús, que sufrió en la cruz para dar vida y es la fuente de alimento celestial para los cristianos. El pecho nutritivo que se ve en este cuadro es, por tanto, comprensible y representa la riqueza de la vida mística de los miembros de la orden religiosa del hospital en ese momento. Por otra parte, en la religión católica, la Santísima Trinidad juega un papel fundamental. Dios es el padre y Cristo el hijo, la encarnación. Como tal, también debe representar el hombre y la mujer. En los primeros días de la Iglesia, las principales controversias también rodearon la naturaleza masculina o femenina del Espíritu Santo”. Amén.