Ship Your Enemies Glitter (en criollo, “Envíale a tus enemigos purpurina”) es el autoexplicativo nombre de una compañía australiana cuyo servicio central es precisamente ése: “Danos guita, un nombre y una dirección de cualquier parte del mundo y le mandaremos a la persona tanta brillantina que va a encontrar esa porquería por todas partes. Durante semanas”, ofrece la sádica firma acerca de su mentada prestación. Prestación que sólo tiene por utilidad la de irritar hasta el resplandeciente hartazgo al pobre receptor que, inocente, abrirá una carta con pocas especificaciones y hallará un desastre potencialmente expansivo: el horror de la purpurina.

Así, quien esté a la pesca de pequeñas venganzas, desquites varios o simplemente sea fan de chascarrillos bobalicones, ahora puede dar curso a su maldad por 10 dólares australianos; o sea, alrededor de 8 estadounidenses. Visto y considerando que el propio sitio define a la sustancia como “el herpes del mundillo de las artesanías” (“se infiltra en cada hueco, sobre la alfombra, el acolchado, los muebles, etcétera, y cuesta una eternidad quitarlo”), el costo es bastante... moderado.

Por lo demás, la web provee de respuestas a preguntas (demasiado) frecuentes. Frente al interrogante “¿Esto es real?”, los creadores optan por las poco sutiles palabras “Sí, maldito idiota. Gastamos demasiado tiempo, dinero y recursos para este sitio de porquería”. Y luego: “¿Sabrá la víctima quién le envía el sobre?”. “No, a menos que vos abras la bocota”. Y después: “¿Por qué están tan obsesionados con la purpurina?”. “Andate a la m...”. Ok, ok, ok, mensaje recibido. En cantidad de colores.