“¿Alguna vez te preguntaste qué hubiera ocurrido si Hogwarts hubiese enseñado educación sexual? Con todos esos magos y brujas adolescentes corriendo por los pasillos, seguramente hubiera sido útil. En nuestras clases, hasta los elfos podrán aprender la forma adecuada de entrar en ciertas... cámaras de los secretos. Si te interesan los conjuros sensuales, podés encontrarnos en el salón 313... “No, no es el chiste tontolón de un fanático de la saga Harry Potter. Es el anuncio de una clase real de una universidad real de un país real que, como parte de un programa mensual para entusiasmar y concientizar acerca de las bondades del sexo seguro, no tuvo mejor idea que darle al proyecto una particular vuelta carnero. “La salud sexual es un tema que puede resultar un tanto embarazoso. Por eso, usando el lenguaje de los libros de J. K. Rowling esperamos aclarar las dudas de los estudiantes y hacerlos sentir más cómodos”, explican Jamie Klufts y Michelle Goode, mentores de esta flamante propuesta de la Boston University, en Estados Unidos.

Propuesta que, como bonus, promete saldar una deuda, a cantar de la indignada dupla: “La autora desperdició una chance fundamental. ¿Cómo podés contar la historia sobre un colegio lleno de teens y no hablar sobre sexualidad?”. “Mmm quizá porque estaba un poco preocupada combatiendo la creciente fortaleza de Voldemort, el Señor de la Oscuridad que pretendía asesinar a sus protagonistas...”, arriesga el sitio de MTV Norteamérica. Y luego: “La saga Potter es uno de los monstruos culturales más grandes y populares de nuestro tiempo y básicamente nos enseñó todo lo que necesitamos saber acerca de la familia, la amistad, la valentía y la lealtad. Pero, ¿de qué no nos enseñó nada? De sexo”. Pues, se acabó lo que se daba. Según chascarrillos varios, varitas y escobas ya están atentas. Que viva el... ¿quidditch?