Datos de rigor para una primera aproximación: que es la capital de Bulgaria y, a la vez, su metrópolis más grande, centro cultural, administrativo e industrial del país balcánico; que allí residen a razón de 1,25 millones de personas; que está situada al oeste de la mentada nación, al pie de la montaña Vitosha; que la temperatura media en julio es de 20C; que fue habitada en la Antigüedad y, en el siglo VIII a.C. fue sede de la tribu tracia serdi; que el parque Borisova es un precioso pulmón de la ciudad; que... En fin, muchas características más para referirse a Sofía. Empero, quizá la mejor manera de recorrerla —virtualmente, a distancia— sea la propuesta por el ilustrador Tochka y el fotógrafo Atanas Kutsev, mentes rectoras detrás de la web Sofia Monsters. Su propuesta es por demás sencilla: fotografiar eclécticas escenas de las calles del mentado sitio, pero —lejos de quedarse con las postales de manual— apostar por la vuelta de tuerca. Que, en este caso, implica intervenir cada imagen capturada con decenas y decenas de monstruos. Adorables criaturas que, sin animosidad de aterrorizar, aportan dosis de interés, ternura y siesta (sobre tranvías y edificios históricos, duermen que da calambre) a la preciosa capital. Evidentemente, la invasión ha ocurrido, pero aquí no hay facciones ni versus. Todos unidos y contentos, disfrutando de Sofía. Y de sus monstruos, de más está decir.