Anna Wintour ya fue; ahora resulta que quien decide lo in y lo out en materia de moda es Pixie Curtis, “la estilista más popular de Instagram”, según le endilgan revistas y blogs en temática, mientras ella balbucea un mote favorito y pide que la llamen “ministra del buen gusto”. Y es que, ojito con el detalle, la australiana ducha en looks, pilchas y tendencias tiene solo... tres años. Empero, su corta edad no le ha impedido traspasar las fronteras del anonimato hasta conseguir todo un imperio de influencia y suculentos ingresos. “Detrás de su éxito se encuentra su madre, la especialista en relaciones públicas Roxy Jacenko, quien desde muy temprano la ha guiado por la senda de la celebridad”, subraya el diario El País sobre la precoz mocita que, además de consejos de moda, no se priva de aventuras varias, como demuestra su cuenta en la citada red social: “Pixie se sube a un helicóptero por primera vez”, “Pixie estrena su Mercedes de juguete”, anotan las descripciones. Tampoco faltan visitas a spas, manicura, hoteles de lujo. Todos parecen merecer sus días de ocio.

Con el aval de marcas infantiles, decenas de miles de seguidores, una empresita propia (Pixies Bows, especializada en accesorios como diademas o sombreritos), una mamá apiolada y ocurrencias afiladas (aunque cuál de las dos es la autora, nunca se sabrá), Pixie es tan, pero tan demandada que acaba de ser contratada por la revista Famous como jueza de moda. Sí, tal como suena: de pocas semanas a la fecha, se encarga de una sección propia, “Style Spy”, donde puede desplegar su sapiencia con datos como “No es tan sencillo conseguir un buen estilo informal” o “Un estampado llamativo es el mejor amigo de una mujer”. Curiosamente, ningún garabato ha sido plantado a sus páginas. Finalmente, están sus apariciones en tiendas exclusivas (por unos mangos, claro), su venidera guía de cómo comprar en Los Angeles y la gran duda gran: ¿Tiembla North West? Ay, estas princesas...