VALE DECIR
Vale decir
¿Cuánto vale tu recuerdo?
División Miami, el walkman, el skate; Fiorucci, Jordache, Sergio Valente, la campera de jean y el saco con zapatillas: los ‘80 están de vuelta. Y dos treintañeras yanquis, Adina Levin y Raquel Krouse, iluminadas una tarde de ocio mientras revolvían un armario en la casa de una de ellas, están resueltas a demostrarlo. Para ello decidieron resucitar la marca Camp Beverly Hills, con sus estampados de palmeras en remeras de colores vivos, pantaloncitos de gimnasia y otras hermosas piezas que visten tan pero tan bien cuando uno anda cerca de unas luces de neón. Tras la epifanía, las chicas se asociaron con la diseñadora Linda Meltzer (y con su notable cartera de clientes) y voilà: este año esperan facturar unos seis millones de dólares, extraídos directamente de los bolsillos de nostálgicos, retro y rezagados.
Gatillo dos veces
¿Hay algo mejor que tener un gato en la casa? Tener dos gatos, tal vez. Lo que es todo un tema es encontrar uno igual de suave y afectuoso (o de arisco y cabrón) que el que uno ya tiene. Pero la compañía norteamericana Genetics Savings & Clone ya encontró una respuesta al problema: la clonación. Ocho semanas atrás, en los laboratorios de la GSC vieron la luz los dos primeros morrongos fotocopiados con fines comerciales: Tabouli y Baba Ganoush. Decididos a explotar a las dos pequeñas y encantadoras bigotudas (que son hijas de una gata de bengala de un año de edad), en la GSC ya se las ingeniaron para convertirlas en suprestrellas, las subieron a un jet privado rumbo a Nueva Jersey, las pasearon en limusina por el centro de Manhattan y este mismísimo fin de semana las presentaban en sociedad en la Muestra Anual del Madison Square Garden, muy cerca del lugar donde hasta tan sólo un par de años se presentaba todas las noches el musical Cats. Como corresponde a las superstars, los michos cotizan alto: el que quiera encargar uno así se va a tener que poner con unos 50.000 dólares. Y después de semejante garrón, a dormirse contando ovejitas Dolly.