Se consigue en Japón y es toda una sensación. Una sensación de dolor: ya le ha fracturado un brazo a tres jugadores. Se trata de una máquina de pulseadas, de la colección Arm Spirit, que permite a los jugadores simular que están enfrentándose a diversos oponentes, desde una mucama francesa hasta un chihuahua, pasando por un experto en artes marciales borracho. Pero las demandas por las tres fracturas denunciadas podrían mandar al distribuidor Atlas a la quiebra, motivo por el cual sus representantes ya anunciaron que retirarán los 150 brazos mecánicos de los salones de juegos japoneses. De todas maneras, la compañía no dudó en culpar a los usuarios por un empleo “irresponsable” de sus máquinas. “La máquina no es tan fuerte, lo es mucho menos que un hombre musculoso. Hasta las mujeres pueden vencerla (sic)”, dijo Ayano Sakiyama, quien además aclaró que el retiro de las unidades era una mera “precaución”. “Creemos que algunos participantes se sobreexcitan y tuercen sus brazos de una manera que no es natural”, agregó, por si faltaba echar un poco de luz sobre el asunto. Las máquinas todavía no han sido exportadas, pero que a nadie le extrañe si en la próxima temporada hacen furor en las galerías marplatenses.