Amada por los cinéfilos norteamericanos, festejada por Quentin Tarantino, especializada en temáticas geek, la sala Alamo Drafhouse, en Austin, se toma sus proyecciones muy en serio. Tan en serio que lleva la sugerencia “Apague su celular” a otro nivel y, si encuentra a sus espectadores en medio de una llamada, los echa del cine. Ojo, ahí no hay tu tía. A fin de cuentas, mantener el puesto como “Primero en hacer las cosas bien” (otorgado por el Entertainment Weekly) requiere sus sacrificios. Y no se trata únicamente de programar la trilogía de El señor de los anillos y sumarle un Festín Hobbit, donde el público come lo que los personajes de J. R. R. Tolkien degustan, ni de organizar concursos de guitarra aérea y sexo aéreo. No se trata tampoco de sus Weird Wednesdays, con films rarísimos a un dólar en trasnoche, ni de los “Rolling Roadshow Tour”, donde la filmina sale a la calle y se exhibe en locaciones relacionadas al film. Se trata, ante todo, de anular los teléfonos por 90 minutos y darles a los films el status y la atención que merecen.

Para asegurar la intentona, el staff de Alamo Drafhouse no sólo castiga los llamados. También retira de la sala a cualquier persona que esté... enviando mensajes de texto. Al parecer, la luz y el movimiento distraen a las butacas vecinas y deben penalizarse. El problema es que no todos están al tanto de la política de la casa (o dicen no estarlo). De allí que una clienta –indignada tras ser retirada por textear– dejara un mensaje en el contestador del cine quejándose a la empresa. Mensaje que la gente del cine transcribió como textuales y exhibe previo a los films para que quede claro la cero tolerancia al celular. ¿El resultado? Una humorada que muestra a la patriótica chica echada a los gritos diciendo: “¡Perdón por usar MI teléfono en USA! Y gracias por estafarme y quedarse con mi dinero, idiotas”. ¿La respuesta de la sala a continuación? “¡De nada! Gracias por no volver a Alamo.”