Domingo, 6 de mayo de 2012 | Hoy
VALE DECIR
El diseñador francés Philippe Starck de-sarrolló, junto al científico franco-estadounidense David Edwards, un producto que desecha lo dañino del alcohol y rescata sus efectos positivos. Bajo el nombre Wahh Quantum Sensations, se trata de un pequeño aerosol –con aspecto de lápiz labial– que, con cada chorrito, dispara una dosis que da “sensación de borrachera” por apenas unos segundos. Presentado recientemente en París, el novedoso artilugio busca “hacer el bien sin hacer daño, ofrecer la idea de intoxicación sin sus efectos adversos”, según ha explicado Starck.
El objetivo se logra gracias a la dosis liberada –0.075 ml de alcohol, la mínima necesaria para que las micropartículas estimulen el cerebro y ofrezcan sensaciones reales en el paladar–. Considerando que una bebida promedio alcanza entre 40 y 60 mililitros, no hay riesgo de alcoholemia. “Para estar a la altura de un trago, se necesitarían unas mil pulverizaciones”, destacan las mentes detrás del invento que sale 20 euros.
No es la primera vez que Edwards dedica su tiempo a un spray: en 2008 lanzó unas 400 mil unidades de Whif, el aerosol que permitía sentir el sabor de chocolates, café y tés, sin las calorías. En 2009, fue el turno de Whaf, un “generador de nubes de sabor” que habilitaba a degustar desde Martinis hasta tartas de limón a partir de mezclas líquidas creadas por el usuario. Ahora llega “Wahh” para sentirse borracho sin estarlo. En cualquier momento, “Whuuyy”, para sentirse piola sin serlo.
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