Domingo, 16 de septiembre de 2012 | Hoy
VALE DECIR
Hay gente que perdona cualquier cosa, salvo que se atente contra la buena moral y la decencia. Tal es el caso de Benjamin King, un hombre de 92 años, residente de Orlando, Estados Unidos, quien habría intentado asesinar a su hija, Patricia Pernacchia, después de que la mujer dejase que el nieto del jubilado –mayor de edad– durmiera con su prometida en la misma cama.
De acuerdo con la policía, el episodio –registrado la semana pasada–- comenzó después de una discusión entre el padre y la hija, con un enojadísimo King colocándose detrás de Patricia y golpeándola con una sartén, “esperando que fuera lo suficientemente pesada como para matarla”. Ilesa, la hija logró escapar del (primer) atentado y salió de la casa que ambos compartían. De inmediato, regresó para usar el teléfono y solicitar asistencia pero, al entrar a la residencia, encontró que Benjamin, lejos de tranquilizarse, la esperaba con una pistola en la mano. Según informan las fuerzas de seguridad, el indignado anciano gatilló dos veces, con mala puntería, y ninguna bala alcanzó a su liberal hija. Entonces, el arma se atascó y Patricia aprovechó el momento para arrebatar el revólver y, finalmente, llamar al 911. Mientras lo hacía, el hombre intentó un último paso de tragicomedia y se acercó a la cocina para tomar un cuchillo. Pernacchia se adelantó a sus pasos y, mientras el anciano metía mano, ella cerraba el cajón y evitaba la tragedia.
Finalmente, llegaron los uniformados y la triple tentativa no llegó a cuarta. A pesar de las dudas de Patricia sobre presentar o no cargos contra su procreador (alegando que el hombre tendría problemas psicológicos), King fue arrestado y ahora se lo acusa de intento de asesinato en primer grado con un arma de fuego. Afortunadamente, aquello de “persevera y triunfarás” encontró en el hecho la excepción a la regla.
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