Ya no sólo es necesario cuidar la billetera, el auto, la moto o el celular; ahora también hay que estar pendiente de los inodoros. Al menos en Japón, donde el pasado 2 de abril, a las 10 am, un hombre de la ciudad de Fukuchiyama, en la Prefectura de Kioto, llamó a la policía tras encontrar que la luz de un estacionamiento había sido objeto de vandalismo con un spray de pintura blanca. Al llegar, los agentes de seguridad descubrieron además que el baño público de mujeres del parque de las inmediaciones también había sufrido el golpe de la mala suerte: el inodoro había sido robado. Y completito: porque hasta el pasamanos para sostenerse había sido sustraído.

Según las autoridades, el costo de los daños y la extracción asciende a unos 300 mil yenes; o sea, nada más y nada menos que 3100 dólares. “Debo admitir que es la primera vez que escucho de alguien que robe un inodoro entero”, contó un oficial de Kioto a RocketNews24.com. “Generalmente episodios así son actos de vandalismo, pero llevarse la unidad en sí misma... Por qué alguien haría semejante cosa excede cualquier razonamiento”, agregó el sorprendido policía.

Extrañamente, Japón no es el único lugar que sufre de ladrones de baños. A principio de este año, sin ir más lejos, Milwaukee, Estados Unidos, tuvo que lidiar con un bandido que habría robado 30 mil dólares en válvulas de descarga automática, tanto de inodoros como de mingitorios. Y en enero, el canadiense Randy Nemirsky se encontró ofreciendo una recompensa de 507 dólares a quien le devolviese... su inodoro externo de jardín.