LAS FOTOS DEL INTERIOR ARGENTINO DE SEBASTIáN SZYD SEGúN MARCOS ZIMMERMANN
Padre e hijo
La hipnótica foto capturada por el argentino Sebastián Szyd como parte de una serie sobre el trabajo infantil titulada De acá, cuyo primer tramo (2000-2002) expuso el año pasado. Actualmente, Szyd continúa su investigación viajando por el norte del país.
Por Marcos Zimmermann
Esta fotografía de Sebastián Szyd sirve para mirarnos a nosotros mismos como fotógrafos, mirar un poco para adentro y no estar siempre mirando para afuera. La movida de la fotografía oficial, la de los museos, galerías, festivales, a veces impulsa un tipo de foto que resuena europea. Creo que uno debería buscar cosas de acá: lo que nos podían enseñar los extranjeros ya nos lo enseñaron. Hay una gran onda “modernista” en la fotografía, de tomar la foto de la pata de la mesa, y la Argentina tiene mucho que todavía no ha sido contado. Como fotógrafo, la pintura y la fotografía como introspección me interesan bastante poco. Sé lo que no es la fotografía: sé que no es solamente estética, sé que no son solamente bellos paisajes, pero también sé que la abstracción en la fotografía no me interesa, porque, mal que les pese, la fotografía sigue teniendo un lazo con la realidad.
Hay ciertas cosas de la Argentina que yo he visto andando por el país y no han sido contadas. La foto de Szyd resume bastante lo que es el trabajo infantil: es una canoa en el Alto Paraná o en el Iguazú, y son un padre y un hijo, y el padre está recogiendo un espinel (en el Litoral una de las formas de pesca más habituales es tirar una línea de la que cuelgan los anzuelos, y que se deja para volver a la noche o al día siguiente; es una forma pasiva, digamos, de pescar). Creo que hay varias cosas en esta imagen: más allá de lo emotivo, de mis experiencias personales en una zona que me encanta, me parece que hay una riqueza enorme: está el lugar, el ámbito, está ese hombre que evidentemente debe ser el padre, y está este chico. Hay una relación entre el lugar y la gente que lo habita, donde todos empiezan a trabajar desde muy chicos y se da esto de seguir con el trabajo del padre. Y hay cierta mirada torva en el chico, cierta desconfianza, algo que me hace pensar en su futuro. Veo ahí una Argentina en la cual hay muchas dudas sembradas: ¿qué va a pasar cuando ese chico esté en el lugar de su padre? ¿Va a estar o no?
Al mismo tiempo, la foto explicita una cosa del país, de toda la vida, que es el trabajo a cielo abierto, bajo las estrellas. Creo también que hay una delicadeza en esa mano que está tocando esa cuerda; es alguien que conoce ese trabajo, que lo está tratando con cierto cuidado.
Me parece una imagen de un gran valor: está contando esa Argentina particular, de chicos que trabajan con sus padres y que seguramente seguirán trabajando con sus padres, de esta cadena de una Argentina de producciones primarias. El chico está como mirando al pasado, para atrás; no sé qué está pensando.
Creo, además, que detrás hay muchas imágenes que uno puede ver todos los días, de la gente que está juntando cartones con sus hijos, con toda su familia y se convierte entonces en una foto muy simbólica de la Argentina de hoy y de esa duda que tiene ese chico en la cara, que es un poco la duda que tenemos todos acerca de a dónde vamos a ir a parar. Esa expresión es clave.
Me parece genial todo esto que se alcanza a percibir con tan pocos elementos explícitos: es tan sólo un momento, una relación de formas y de cosas. Eso es para mí lo interesante en la fotografía: ya no buscar la foto abstracta sino que aparezcan cosas en un lugar tan sencillo y tan simple como un padre y un hijo que están pescando su pesca diaria, y que sin embargo puede ser símbolo de un montón de otras cosas.