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Domingo, 17 de julio de 2005

UN FOTóGRAFO ELIGE SU FOTO FAVORITA:

Santiago Porter y Sick of Goodby’s, de Robert Frank

A principios de los años ’70 Robert Frank regresó a la fotografía después de más de una década de dedicarse al cine. En 1970 –a los 46 años– compró junto a la pintora June Leaf una casa en Mabou, Nueva Escocia, donde más tarde realizó muchas de sus fotos y de sus films. Para la editora de la revista Granta, Liz Jobey, “el paisaje en Mabou es en sí mismo una metáfora: un lugar al borde del continente donde la naturaleza es extrema e intacta, donde la distancia entre calor y frío, luz y oscuridad, esperanza y desesperación es más intensa que nunca. (...) Sus imágenes posteriores son confesionales, la mayoría de ellas son expresiones de un desconsuelo privado, y éste es el don de–”. Frank –exponerse emocionalmente en sus fotografías, a veces de una manera que las vuelve casi demasiado dolorosas de mirar”. Frank perdió a su hija Andrea en un accidente aeronáutico en 1974; el año anterior había desaparecido su amigo, el cineasta Danny Seymour (que fue dado por muerto). Poco después se terminaba su matrimonio; mientras se complicaba su relación con su hijo Pablo, que estuvo internado en diversos hospitales psiquiátricos. Jobey señala “el pequeño esqueleto (que aparece en Sick of Goodby’s) sostenido en el horizonte entre el mar y el cielo; la pequeña cruz es un elemento común a otras imágenes de Mabou. Sick of Goodby’s es una fotografía de agotamiento emocional”. Lou Reed dijo de esta misma foto que lo impresionaba “la intensidad de la tristeza de la vida y las cualidades redentoras que se reflejan en estas imágenes en movimiento”. Pero puede que nadie haya descripto la obra de Frank mejor que su amigo Jack Kerouac, aunque el poeta beat se refiriera a sus fotos norteamericanas de los ‘50, dos décadas antes de Mabou. Para Kerouac, “Frank plasmó sobre film un poema triste extraído directamente de Norteamérica, ocupando su lugar entre los poetas trágicos del mundo”.

Por Santiago Porter

Entiendo como algo especialmente difícil explicar los motivos por los cuales una obra determinada resulta especialmente significativa. Tal vez situando el momento en el que esa obra hizo su aparición en mi vida y el efecto que me generó, puedo explicar mejor el porqué de mi elección.

Cuando por primera vez un libro de Frank llegó a mis manos yo ya trabajaba como reportero gráfico. Un oficio que me apasionaba pero que al mismo tiempo me generaba una sensación de crisis casi permanente. De alguna manera, tener que responder cotidianamente a las expectativas de aquellos para los que trabajaba y al mismo tiempo intentar satisfacer mis propias necesidades expresivas era un dilema que no me permitía concentrarme en una búsqueda que me resultara adecuada. Era pura angustia. Yo tenía para ese entonces unos 20 años y no participaba de talleres ni asistía a cursos.

Las fotos de Robert Frank llegaron entonces, no para darme respuestas pero sí para ayudarme con las preguntas adecuadas. Primero fue el libro The Americans y después una reedición de 1989 del libro The Lines of My Hand, que fue algo así como un momento de revelación: identificarme con algo hasta tal punto que me pareció entender el sentido de por qué fotografiar.

Elegí la foto Mabou, 1978 (Sick of Goodbye’s) como un ejemplo de las muchas imágenes contenidas en ese libro.

A mediados de los ‘70 y luego de un intervalo de más de diez años, Robert Frank vuelve a la fotografía. Es en las imágenes que empieza a producir en este regreso donde tal vez se percibe con mayor crudeza y emoción algo que en definitiva, entiendo, rige toda su obra: esa urgencia por continuar contrapuesta con la infinita tristeza por lo que se ha perdido.

Muchas de estas fotografías son de su entorno cotidiano: paisajes hechos en Mabou, Nueva Escocia (Canadá) o fotos del interior de su departamento en Nueva York. Imágenes del mar, la tierra, la nieve, habitaciones vacías. Frank utiliza estos elementos cargándolos de contenido poético y metafórico y luego escribe directamente sobre sus negativos Polaroid, rayándolos con anotaciones en apariencia impulsivas. La imagen: el afuera, las palabras: el adentro.

En 1969 Robert Frank se separa de su primera mujer, Mary Lockspeiser. En 1973, su amigo el cineasta Danny Seymour, con quien había realizado la película Home is Where the Heart is, desaparece y es dado por muerto, y el 28 de diciembre de 1974 muere su hija Andrea, de veintiún años, en un accidente aéreo. Sick of Goodby’s fue hecha en 1978.

Estas fotos son para mí de una intensidad inconmensurable. Cuando dudo sobre el gesto de producir vuelvo a estas imágenes una y otra vez, como quien vuelve a viejas cartas de amor, sólo para revivir la sensación.

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Sick of Goodby’s (Mabou, 1978)
 
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