Domingo, 13 de agosto de 2006 | Hoy
PERSONAJES > JOSé LUIS PERALES AHORA ES COOL
Después de componer durante décadas para casi todas las estrellas melódicas del firmamento, de vender casi 5 millones de copias sólo con ese himno versionado en una decena de idiomas que es “Por qué te vas”, y de salir a cantar sus propias canciones con igual fortuna, ahora a José Luis Perales le llega el momento de la bendición cool y rockera: Navegando por ti, su nuevo disco, llega de la mano del gitano Javier Limón, el productor del momento y responsable de fenómenos como El cantante de Andrés Calamaro y Lágrimas negras de Bebo y Cigala. De paso por Buenos Aires, habló con Radar del secreto de su éxito, de Serrat, Sabina, Julio Iglesias y su extraña obsesión con las ventanas.
Por Juan Pablo Bertazza
Navegando por ti, el último disco de José Luis Perales, podría venir tranquilamente con un subtítulo que rezara: “Cómo hacer canciones de amor sin decir te quiero”. Es que, más allá del juego de palabras, llama la atención que sus nuevas canciones, embellecidas musicalmente por la mano gitana del productor de moda Javier Limón, tienen una madurez que cobra un color especial, teniendo en cuenta que la suya es una carrera muy prolífica. Con más de 450 canciones registradas en la Sociedad General de Autores de España, y ya habiendo pasado los 30 años en la música, Perales sembró casi 30 discos y editó 50 millones de copias, además de componer canciones para los artistas más conocidos de España, como Isabel Pantoja, Raphael, Miguel Bosé, Julio Iglesias, Rocío Jurado, Jeanette, Paloma San Basilio y La Oreja de Van Gogh, para mencionar sólo los nombres más destacados y diversos.
Tal vez por tratarse de un artista que le debe muy poco a su físico (es sabido que Perales no es precisamente un Adonis) y a su acotada habilidad como frontman, Perales goza –como un auténtico vino añejo– de un saludable envejecimiento. Porque –afortunadamente para este músico, que es el paradigma de que lo más importante es la obra– tanto la música como las letras no acumulan colesterol, no pierden pelo y muchísimo menos, aunque les pese a los melodramáticos boleros, sufren del corazón.
Pero para hablar de Perales nada mejor que hacer referencia a la ventana, uno de los temas que el español trata permanentemente en sus canciones, como “Me llamas”, “Y tú te vas”, “Cuando vuelvas” y algunas más. Y si en sus canciones, los amores se ven ir y partir una y otra vez a través de una ventana, la actualidad del compositor se parece a aquellos vitrales de las grandes catedrales de la Edad Media, perfectamente dispuestos y hechos con notables vidrios de colores que, simbólicamente, dejaban entrar una luz sobrenatural. Reims, Chartres y la Ste. Chapelle de París seguramente fueron referencia indirecta, pero importante en la conservadora y religiosa educación de José Luis Perales quien, al día de hoy, goza del brillo que refleja algo muy parecido a la popularidad.
De todas maneras, es cierto que Perales no pertenece a ciertos ámbitos como el de la nueva canción española, aquel movimiento social y artístico que utilizó versos de García Lorca, Blas de Otero, Antonio Machado, Rafael Alberti e incluso Jorge Manrique para denunciar fascistas, especialmente a Franco. Los nombres de aquella generación incluyen a Lluis Llach, Pi de la Serra, Núria Feliu, Elisa Serna y, claro está, Serrat y Luis Eduardo Aute. Sin embargo, la frontera entre ellos y Perales no es tan clara, al menos para él.
¿Qué es de la vida de la nueva canción española?
–De esa generación quedó una historia bastante sólida de la que todavía se alimentan muchos jóvenes. Aunque hay otras inquietudes, la gente joven ahora busca hacer cosas diferentes.
¿Se siente un poco excluido del movimiento?
–Mi vínculo con ella pasa, sobre todo, por mi faceta de autor, por las canciones que aún hoy sigo escribiendo para otros artistas. Pero no me siento mal, no me siento afuera. No escuché el último disco de Serrat, pero siempre me ha gustado, me parece que es un genio y el disco será maravilloso. Hay gente que es indiscutible: Maradona es indiscutible, Serrat es indiscutible y unos cuantos más. Además, Serrat fue el primero de todos nosotros. De todas maneras, yo no me alimento tanto de él, lo mío viene más que nada de la música francesa, de Jacques Brel y Charles Aznavour más que de Serrat, y como tampoco entiendo catalán, no creo que escuche Mô...
Pero sí tiene más que ver con el mundo del flamenco y la copla, ¿no?
–Tengo un vínculo muy cercano con la música del flamenco, la copla, porque he tenido muchas vivencias andaluzas, estuve viviendo ahí hasta los20 años. Por otro lado, no se pueden hacer tres discos para Isabel Pantoja sin tener un poco de peineta; hay que tener su lenguaje y conocer el idioma y, vamos, el personaje andaluz... Lo mismo en el caso de la Jurado. En este momento hay gente joven que también está haciendo flamenco. Juan Valderrama (que es el hijo de Juanito Valderrama –coplero de flamenco de toda la vida– y de Dolores Abril) acaba de grabar dos canciones mías y una versión en flamenco de “Por qué te vas”. En realidad la cosa fue así: él me dijo que versionaría esa canción al flamenco y yo le dije que era imposible. Pero lo hizo, la verdad es que me encantó y solamente como premio le di dos canciones nuevas mías que grabó en su último disco.
La canción “Por qué te vas”, grabada en 1974, es el máximo reflejo de la popularidad de José Luis Perales. Además de su versión más conocida en boca de Jeanette, el hitazo se tradujo a 10 idiomas y a diversos ritmos musicales (hasta Attaque 77 se encuentra entre sus incontables intérpretes), fue el corazón de la banda sonora de la película Cría cuervos y en París, incluso, se volvió un verdadero himno gay: por mucho tiempo fue el tema de cierre de muchos boliches.
¿Cómo explicaría el éxito de “Por qué te vas”?
–Yo creo que el culpable del éxito de “Por qué te vas” no soy yo, y ni siquiera Jeanette: el culpable ha sido Carlos Saura con Cría cuervos, porque desde que salió esa canción en la película, en cada país donde se estrenaba, la canción quedaba en el número 1. Y después de 25 años se sigue actualizando. Se siguen haciendo versiones hasta en japonés, de flamenco, en alemán, en francés muchísimas... Lleva vendidas 4.700.000 copias. Es una canción que no sé por qué sobrepasa todas las previsiones, algo que sucede con pocas canciones. Porque no es que una versión de la canción haya tenido éxito, son todas las versiones. Hombre, estoy plantado en hacer un disco con todas las versiones de “Por qué te vas”, sería la bomba, ¿no?
A pesar del éxito de esa canción, ¿no se siente un poco aplacado por la popularidad de Sabina o Serrat?
–Tengo una gran admiración por Sabina y por Serrat. Yo creo que Sabina ha llegado a un momento en el que ha conseguido todo, ha conseguido llegar a cualquier lugar y cobrar más dinero que nadie por un concierto, y a mí me parece que se lo merece porque es un genio escribiendo, aunque no tanto como músico. Yo un día lo fui a ver aquí en el Gran Rex y le dije: “Hay que ver qué pedazos de textos tienes, qué bonito que escribes, cómo me gustaría ser tú”. Y me dijo, muy educado él: “Lo que daría yo también por escribir una melodía de las tuyas”; de hecho en sus canciones siempre colaboran músicos con las melodías, como Pancho Verona, ¿no? Cada uno tiene una debilidad con algo, una dificultad y cada uno tiene un momento. Me parece que ahora estamos en el momento más álgido de la carrera de Sabina, en el más maduro, y me parece que está muy bien, yo lo admiro mucho. Pero no soy envidioso, ¿eh?
Con tantas canciones de amor y desamor en su haber, bien podría haberse colado una canción de desconfianza o hartazgo, fría, racional o distante. Pero no. No al menos en el repertorio conocido.
¿Nunca tuvo ganas de hacer un tema de escepticismo y nihilismo absolutos?
–No me dan nunca ganas de hablar mal del amor porque el amor es un sentimiento que, aunque para muchos pueda parecer una cursilería, es lo que hace humano hasta al ser más hostil. Y eso hay que reflejarlo y contarlo, le pese a quien le pese. Desgraciado aquel que no ha tenido una noche de amor maravillosa con alguien a quien quiere, y a quien pueda dedicarle una canción de Perales.
Pero, ¿no le parece que muchas canciones de amor ya quedaron cursis?
–Sí, es cierto que cada vez es más difícil hacer una canción de amor que no caiga en el argumento de “te quiero, te quiero”, y ya está. En este disco, creo que lo hago con “La carta”, una canción de amor sin ser una canción de amor y también en “Navegando por ti”, tal vez la canción de amor más inspirada que yo he hecho; y estoy supercontento de profundizar, por ejemplo, en el erotismo sin pudor, lo cual es algo novedoso para mí. Se dio así porque yo soy una persona muy enamorada, y ya me cansé un poco del “te quiero, te quiero”. Sabía que había otras cosas mucho más intensas, más profundas y que tenía que decirlas.
Tal vez hacer ese tipo de canciones sea una de las habilidades del rock. ¿No le gustaría formar parte de ese ambiente?
–Yo participé del rock antes de hacer este tipo de canciones. Cuando The Beatles, The Animals y The Rolling Stones recién empezaban, yo era un estudiante muy rebelde, aunque iba a un colegio de curas. Tocábamos “Satisfaction” y “La casa del sol naciente”. Usábamos pantalones campana, los pelos largos, y tocábamos guitarras estridentes, con distorsiones. Yo era todo eso. De vez en cuando, cuando estoy en grupo, puedo tocar algo así. Pero siempre me sentí más cómodo con lo romántico, con lo poético. Me encanta el rock, pero no para mí. Me sentiría patético cantándolo y bailándolo en un escenario con las tachuelas puestas.
Si buscamos un karma en la carrera de Perales, es el poco éxito de su faceta de cantante, que lo opone diametralmente a un canalla como Sabina. Con una cantidad impresionante de canciones escritas para muchísimas gargantas de España, lo mejor de Perales casi nunca parece estar sobre el escenario.
Siempre se dijo que era mejor autor que intérprete. ¿Está de acuerdo?
–Estoy de acuerdo en que soy mejor autor que cantante. Yo siempre he dicho que soy un autor y un contante de cosas, con esta voz pequeña que tengo, que tampoco es la bomba... Pero no necesito más para transmitir mis sentimientos a la gente. No es lo mismo un cantante que un intérprete, porque intérprete puede ser simplemente un poeta que recita poesía y conecta con la gente. De hecho este disco tiene algo de eso: es un disco cantado casi al oído, íntimo, de sentimientos. No se trataba de cantarlo más fuerte.
¿Quién es el mejor intérprete de sus canciones?
–José Luis Perales es el mejor, luego hay muchos.
¿El peor?
–Hay varios, pero no te lo voy a decir porque entre todos los intérpretes me han dado lo que tengo como autor. Julio Iglesias hizo una versión muy linda de “América” aunque, sin dudas, yo la hubiera hecho mejor.
De todo tipo y tamaño, rústicas, clásicas, medievales y góticas, lo cierto es que las ventanas, lo acepte o no el mismo Perales, se abren de par en par toda vez que el español toma guitarra y lápiz: Y yo en mi ventana veré la mañana vestirse de gris (“Y te vas”), Me dices que el amor igual que llega pasa, y el tuyo se marchó por la ventana (“Me llamas”), Sonarán mil acordes de guitarra y ese día que espera en la ventana llenará nuestra casa de luz (“Cuando vuelvas”), Cómo sopla el viento en las ventanas (“Canción de otoño”), Hoy he cerrado mi ventana y he pensado en ti (“Hoy me acordé de ti”), Cuando llegó la noche, apareció la Luna, y entró por la ventana (“Amanecí”), Hoy en mi ventana brilla el sol, y el corazón se pone triste (“Por qué te vas”)... entre otras.
¿Por qué habla siempre de la ventana en sus canciones?
–No sé, será que me gusta mirar. Me pasa con las gaviotas: yo no soy de costa y sin embargo están. Es interesante la pregunta porque una vez escribí una canción que se llama “Mis tópicos”, en la cual hablo de todosmis lugares comunes. Por ejemplo, ahí me río de lo de la gaviota, de la lluvia en el jardín, que lo he dicho millones de veces, y otro montón de imágenes. Pero también le pasa a Gabriel García Márquez, a quien le leo lo del gallinazo muchísimo porque es muy de Macondo. Todos tenemos muletillas que repetimos, pero lo de la ventana no estaba en la canción de “Los tópicos” y no hay nada especial con la ventana.
¿Cómo asoma en su ventana Navegando por ti?
–Para mí, este disco significa volver a empezar, y la tensión es mayor porque soy consciente de que la gente espera cada vez más de mí, mucho más que cuando empecé con todo esto. Me acuerdo de la primera vez que toqué acá en la Argentina, fue en Michelangelo. Tenía tanto miedo que pensaba: ojalá que venga poca gente así no se enteran de mi fracaso. Ahora si veo tan sólo un hueco, me cabreo y salgo a dar todo. Pero hay más tensión porque hay más responsabilidad. Y ahora es el momento, luego de seis años, de volver a agarrar al toro por los cuernos. Y tengo siempre fe en la Argentina, tengo siempre menos miedo aquí porque es un país muy fiel conmigo, incluso más fiel que el público de España.
Sin hacer dinero de su actividad sexual, José Luis Perales es un verdadero profesional del amor. A lo largo de su trayectoria, el amor (principal musa de sus temas), la fama y el dinero anduvieron siempre de la mano...
¿Se puede vivir del amor?
–Dicho así... hombre, lo de contigo pan y cebolla creo que no va, ¿eh? Al revés de lo que la gente cree, tal vez sí se pueda morir de amor... Yo escribí una canción hace años para el grupo Mocedades titulada “La llamaban loca”; es la historia real de una mujer que después de enviudar se volvió loca y murió de amor. Pero para poder vivir, aparte del amor, tiene que haber algo más.
¿Qué?
–Una vez, una chica le dijo a su chico: “Pepe, yo quiero casarme contigo, ya llevamos mucho tiempo de novios”. Y él le responde: “Pero mujer, yo no tengo dinero, ni empleo. ¿Cómo nos vamos a casar?, ¿qué vamos a comer?”. “Nada, nada, Pepe, yo me quiero casar contigo, sea como sea, yo quiero estar contigo, y solamente con verte me alimento.” Al final lo convence, y se casan. Pasan días y días, ella lo mira y no come. Hasta que una tarde le dice: “Pepe, ¿me podrías dar algo de comer?”. Y él le dice: “Pues no, ¿no me decías que sólo con verme te alimentarías?”. “Sí, Pepe, pero es que ya no te veo.”
Ja, ja, entonces más que amor, ¿hace falta fortuna?
–Mira, dicen que si falta el dinero, el amor se va por la ventana... Ja, ja, ja, es cierto eso de la ventana...
“Desgraciado aquel que no ha tenido una noche de amor maravillosa con alguien a quien quiere, y a quien pueda dedicarle una canción de Perales.”
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