Domingo, 29 de julio de 2007 | Hoy
MúSICA > MARCELO D2 TOCA EN BUENOS AIRES
Personaje ineludible del rock brasileño, militante musical por la legalización de la marihuana y peleado eternamente con Caetano Veloso, Marcelo D2 revolucionó a la generación del hip hop y el rap acercándola al samba para conseguir lo que muchos consideran un ritmo. Y el miércoles que viene, el hombre que afirma andar por los 50 kilos de marihuana fumados en su vida, se presentará por primera vez en Buenos Aires.
Por Martín Pérez
Cuando un par de años atrás editorial Abril editó una serie de revistas con la historia del rock brasileño, tuvo que elegir cuatro personajes para sus sucesivas entregas. Para el primer número, sobre los años ’50 y ’60, el elegido fue obviamente Roberto Carlos, bajo el título La joven guardia toma el poder. Para los ’70, fue el turno de Raul Seixas y los breves títulos aún más sencillos: ¡Drogas! ¡Magia!. Para los ’80, la elección recayó en Legiao Urbana: Los hijos de la revolución. Para el último número, el de los ’90 y lo que iba del ’00, el personaje elegido fue nada menos que Marcelo D2. ¿Su título? El nacimiento del ritmo perfecto.
Tiempo de recambio generacional y nuevos ritmos, acordes con el mercado internacional y al mismo tiempo con la historia propia, las últimas décadas del rock brasileño fueron las del rap, el hip hop, la música electrónica y el mestizaje internacional. Dentro de ese panorama, ya sea por su importancia histórica como por su poder de venta en los quioscos, el último elegido para representar al género fue el ex líder del grupo Planet Hemp que, con la edición de su segundo álbum solista A procura da batida perfeita –un título inspirado por la canción Looking for the Perfect Beat, del neoyorquino Afrika Bambaataa, pionero del hip hop–, finalmente logró el éxito y el reconocimiento tanto del público como de la prensa especializada. ¿Su logro? Haber cambiado los sampleos rockers de sus comienzos por referencias a discos clásicos de samba, la “batida perfeita” en cuestión. “Hay una distancia muy grande entre los artistas del rock de los años ’80, que se comportaban como astros intocables, y los artistas de mi generación”, explicaba Marcelo D2 en ese número que lo llevó en tapa. “Pesa mucho el hecho de que el rock de los años ’80 siempre negó al resto de la música brasileña. Eso hizo que esa música fuese algo casi subversivo para las bandas de los años ’90.” Como el mejor representante de su generación entonces, y acompañando un tercer disco editado a fines del año pasado titulado Meu samba e assim y que ha viajado a presentar en todo el mundo, Marcelo D2 llegará esta semana por primera vez a Buenos Aires para presentar –¡al fin!– su ritmo perfecto.
Junto a sus compañeros en Planet Hemp, Marcelo D2 ingresó casi de prepo en la historia de la música popular brasileña la noche del 9 de noviembre de 1997, en que el programa de televisión Fantastico transmitió las imágenes del grupo detenido por la policía de Brasilia luego de dar un show ante 7 mil personas. Acusado de apología del delito y asociación para el uso de drogas, el grupo pasó una semana tras las rejas, mientras la polémica crecía en todo Brasil, transformándose en un tema cultural e incluso político. Aparecidos en escena dos años antes con la edición de su debut, Usuario, con hits inequívocamente titulados “Nao compre, plante” o “Legalize Ja”, Planet Hemp llevaba vendidas 200 mil copias de su segundo opus, Os caes ladram, mas a caravana nao para, cuando comenzó la polémica. Nacido el 5 de noviembre de 1967 en la zona norte de Río de Janeiro, Marcelo Maldonado Gomes Peixoto fue portero, canillita, pintor, cadete, delivery de pizza y vendedor de celulares antes de pasar a ser Marcelo D2 y comenzar con su grupo. “Mi primer disco fue Planet Rock, de Afrika Bambaataa”, confesó alguna vez. “Comencé a escribir versos después de escuchar Licenced to Ill, de Beastie Boys y Raising Hell, de RunDMC.” El mito fundacional de Planet Hemp habla de un encuentro circunstancial en las calles del barrio carioca de Catete y explica que su nombre fue inspirado por la lectura de la mítica revista High Times. ¿Por qué en inglés? Tal vez porque sus referentes musicales y culturales eran del gran país del Norte, o quizá porque consideraban que Brasil –tal como lo confirmaría su posterior detención por parte de la policía– aún no estaba preparado para un grupo llamado Planeta Maconha.
“Lo que genera la violencia no son las drogas, sino su ilegalidad”, decía por entonces Marcelo D2, devenido vocero de la banda, en una entrevista publicada por la revista Playboy. Después de la cárcel, el grupo decidió no seguir el juego de promoción alentado por su discográfica Sony, y se llamó a un silencio que duró tres años, hasta la edición de un nuevo álbum, A invasao do sagaz homem fumaca. Después vendría un álbum en vivo para MTV, y las carreras solistas de sus integrantes. Marcelo fue el primero en cortarse solo, con un disco editado cuando el grupo aún no se había separado, titulado Eu tiro de onda. Todavía faltaba la batida perfecta.
Cuando le preguntan, Marcelo D2 dice que no le gusta la MPB. “Si la MPB fuese Marisa Monte, me gusta”, aclaró alguna vez. “Chico Buarque es clase A. Y la fase de tambor de Gilberto Gil también me gusta. Pero no me gusta la música pobre. Y no me gusta Caetano.” A pesar de que ambos se han preocupado por defender la música popular contra los gustos supuestamente más finos, la pelea entre Marcelo D2 y Veloso empezó en las épocas de Planet Hemp y no parece detenerse. Incluso Caetano saca el tema sin que le pregunten: en una conferencia de prensa realizada en España para presentar su último disco, el bahiano dijo que Marcelo D2 era lo más actual en la música brasileña actual. “Hace samba rap, algo que yo ya hice en 1981”, resumió.
Pero más allá de las disputas personales, D2 disfruta rompiendo barreras generacionales, algo que hizo primero con A procura da batida perfeita –su disco más celebrado, que mezcla rock, rap y samba do morro con timbres elegantes, poderosos y brasilerísimos–, y repitió con Meu samba e assim, donde canta tanto con Sergio Mendes, Alcione y Jurassic 5. “Mi mayor orgullo es cuando veo a los productores gringos usando o admirando la música brasileña”, dice Marcelo, que en aquella vieja entrevista con Playboy calculó haber fumado 40 kilos de marihuana en toda su vida. Algún periodista calculó recientemente que, de haber seguido al mismo ritmo, ya debería estar llegando a los 50. Pero D2 piensa antes en la música, en derribar paredes y construir puentes: “El logro más importante del ingreso del samba al rock brasileño fue acabar con las tribus de los ’80, eso de que si uno escuchaba una cosa no escuchaba la otra. La música buena es música buena, y punto”.
Marcelo D2 se presenta el miercoles a las 21 en Zizek, Niceto Club, Niceto Vega 5510. Anticipadas, $40.
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