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Domingo, 20 de abril de 2008

INTERNET > LA HAMMER VUELVE CON VAMPIROS COCAINóMANOS

Colmillo Blanco

Considerada por sus seguidores La Casa del Horror, la productora inglesa Hammer dejó entre las décadas del ’30 y del ’70 una marca imborrable en la memoria de millones de personas: fueron sus casi 300 películas las que les devolvieron a los viejos personajes victorianos el rojo sangre, el erotismo y la elegancia por las que los recordamos. Tras 30 años de silencio, la Hammer Films vuelve a producir una película, esta vez de vampiros cocainómanos. Y fiel a su costumbre, lo hace de manera ultramoderna: vía MySpace.

 Por Mariano Kairuz

La Hammer vuelve de la tumba. La productora inglesa –mítica y generadora de mitos, responsable de casi 300 películas entre 1934 y fines de los ‘70, proclamada The House of Horror (“La casa del Horror”) a partir de los ‘50– acaba de regresar a la vida con su primer film en casi treinta años. Después de muchos amagues a lo largo de la última década, de anuncios y proyectos no concretados, Hammer Films finalmente consiguió sacarse la estaca del pecho y estrenó el jueves de esta semana las tres primeras partes de Beyond The Rave, “Más allá de la rave”. Un título que juega entre la ficción clásica de género (el “beyond the grave”: más allá de la tumba) y una manera de llamar a la fiesta electrónica nocturna, que en los años de Christopher Lee y Peter Cushing y todos aquellos distinguidos caballeros ingleses de colmillos o crucifijos, no se usaba. Riesgos de una resurrección muy demorada: la primera película de lo que aspira a ser una nueva Era Hammer está diseñada para una generación de espectadores que no habían nacido cuando la productora recibió su última palada de tierra. Pero, a la vez, tenía que ser así: las películas de la Hammer siempre fueron ultramodernas. De algún modo, casi vanguardistas: les pusieron color –rojo sangre–, energía y sexo a los relatos de los monstruos clásicos –el conde transilvano, el moderno prometeo, el egipcio milenario– que la norteamericana Universal había capitalizado hasta el último dólar entre los ‘30 y ‘40 con más sugestión que explicitud en lo que hace a la carne humana y sus usos. La primera nueva entrega de Hammer Horror apuesta a la contemporaneidad en su narración y también en su sistema de distribución, con un estreno online, en Internet, a través del sitio MySpace.com, en veinte web-isodios de unos 4 minutos cada uno. Ya están ahí los primeros tres, y desde mañana se verán sus continuaciones todos los lunes y miércoles.

En los algo menos de quince minutos ya estrenados se abre una serie de líneas argumentales paralelas que todavía no permiten distinguir si esto va a ser de verdad la esperada vuelta de una compañía legendaria, o pura explotación de marca. Por las dudas, seguir con los ajos a mano.

CINE A LOS MARTILLAZOS

Antes de afianzarse como la Casa del Horror del cine británico, mucho antes de constituir uno de los ingredientes principales de la dieta catódica de tantos niños en trasnoches y sábados, la Hammer Productions Ltd. se llamó Exclusive. Así fue fundada a mediados de los ‘30 por un joyero (ex bicicletero y ex peluquero) llamado Enriqué Carreras, nada que ver con nuestro prolífico crédito vernáculo, y en ese principio sus producciones no distinguían género. Ya avanzados los años ‘50, los éxitos de una película de ciencia ficción llamada The Quatermass Experiment (por acá, Pánico mortal), y de La maldición de Frankenstein dos años más tarde, señalaron el camino a seguir. Los monstruos en blanco y negro de la Universal estaban, Segunda Guerra de por medio, envejeciendo rápido. Terence Fisher, el director más emblemático de la Hammer a partir de esta etapa, decía no haber leído ni a Stoker ni a Shelley y no le parecía necesario hacerlo: su objetivo era restituir su fuerza cinematográfica a los monstruos victorianos recargando de agresividad y erotismo esos sets tan atmosféricos en que se realizó gran parte de las películas de la compañía. Sangre, estacas, tumbas de cruces clavadas rústicamente en la tierra y, en especial, posadas rurales neblinosas habitadas por parroquianos asustados. Y esos actores que encontraron finalmente su lugar acá: Lee, rechazado tantas veces por su estatura, finalmente le sacaba partido componiendo ese Drácula imborrable que dejó el sobretodo de la novela por la más aristocrática capa de ópera. Lee solía quejarse de algunas de estas adaptaciones que lo volvieron un icono: “La idea de un hombre que vive en las profundidades de Transilvania vestido de frac y capa es completamente ridícula”, decía. Pero quién va a decir que eso no era tener onda.

Que la crítica de su época se las cargara por sus excesos de sadismo también era parte del juego. Y hay que decir que cuarenta, cincuenta años más tarde, por alguna razón, mantienen intacto su influjo: hoy, mientras el erotismo en el cine masivo retrocede, estas películas conservan su energía sexual, sin volverse ingenuas. Pero en el medio tuvo lugar ese oasis salvaje para el cine que fueron los años ‘70, que por un tiempo relegaron la audacia original de las producciones de la Hammer a un nivel estándar, y para finales de la década la compañía había decaído sin vuelta atrás. Su última producción para cine fue una remake de La dama desaparece, en 1979, a la que le siguieron un par de series de televisión a principios de los ‘80. Y de ahí, al largo invierno del vampiro.

EL SEÑOR DE LOS COLMILLOS

Entre los empresarios que compraron y planean revitalizar la Hammer el más conocido es el holandés John de Mol, cofundador de Endemol, la empresa matriz de Gran Hermano. En otras palabras, es gente que hasta hace poco no tenía nada que ver con la House of Horror. El proyecto incluye explotar la “interactividad” de MySpaceTV y una avalancha de merchandising retro, en posters, muñecos y una colección de estampillas del Royal Mail con reproducciones de los afiches clásicos. Y más películas: Beyond The Rave, la prueba piloto, será editada en DVD una vez que se haya visto completa en el sitio. De ésta sólo sabemos por ahora que sus vampiros parecen estar más cerca de los vampiros glam de Anne Rice que de Stoker, y que la protagonizan entre muchos otros personajes un soldado que pasa su última noche antes de partir a Irak buscando a su novia, y un par de chupasangres cocainómanos. La producción no les hace asco a los baldazos de sangre, pero todavía cuesta conectar estos raros malditos nuevos con el lejano mundo gótico de Lee y Cushing, su galería de femmes fatales (atención al prometido cameo de la hoy septuagenaria Ingrid Pitt) y, esa elegancia, siempre listos para ir a la ópera.

Beyond the Rave se puede ver en www.myspace.com/beyondtherave

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