Domingo, 1 de febrero de 2009 | Hoy
INTERNET > SOFTWARE LIBRE QUE PUEDE REEMPLAZAR A LOS PROGRAMAS PAGOS
Las ideas del ex hacker Richard Stallman, fundador en los años ’80 de la Free Software Association, inspiraron el surgimiento de fundaciones sin fines de lucro, mantenidas gracias a donaciones o venta de productos no informáticos, completamente dedicadas al desarrollo de software libre: programas que cumplen las mismas funciones que los pagos, sólo que son gratis. Hoy pueden encontrarse desde sistemas operativos alternativos hasta aplicaciones sencillas que mejoran el rendimiento del equipo, y para cuyo uso no se necesita ser un experto. Aquí, una selección de los más útiles y prácticos.
Por Javier Alcacer
Hoy, en un mundo en el cual es posible llevar las obras completas de Shakespeare en un teléfono celular, resulta difícil remontarse a los inicios de la computación, es decir, cuando ésta era apenas un pasatiempo de unos pocos estudiantes universitarios. Por aquel entonces el software (es decir, los programas) circulaba de manera libre, sin restricciones: los programadores compartían las aplicaciones que creaban, a su vez, también mejoraban el trabajo de sus colegas, creando nuevas versiones de programas ajenos. Pero hacia fines de la década del setenta, gracias a los avances en la tecnología y la baja en los costos de producción, las computadoras dejaron de ser un lujo del ambiente académico y empezaron a perfilarse como herramienta para el uso hogareño de cualquier hijo de vecino que pudiese pagar lo que pedían por ella. En 1977 fueron cuarenta y ocho mil hijos de vecino, mientras que en el 2001 fueron ciento veinticinco millones; para el año 2002 ya se habían vendido, desde que empezaron a estar disponibles, alrededor de un billón de computadoras. El negocio de la informática en tiempos del liberalismo caníbal de Ronald Reagan no se limitó, por supuesto, a la venta de la computadora, ni a los agregados físicos (el hardware), sino que también llegó a los programas a los que esa flamante pieza tecnológica servía como plataforma: el software, que pasó a ser patentado y a tener copyright, es decir, a ser de uso restrictivo.
Frente a esta comercialización y militando por el software libre, operativo y gratuito, el ex hacker Richard Stallman funda, en 1985, la Free Software Foundation (http://www.fsf.org/). En inglés la palabra “free” refiere tanto a algo gratuito como a la libertad, por ello en el sitio web de la FSF dice: “Lo llamamos free sofware [software libre] porque el usuario es libre”. Otra de las batallas de Stallman se da en el terreno de protección de la privacidad del usuario: “Las corporaciones detrás del software suelen espiar tus actividades y restringirte de compartir programas con otros. Como nuestras computadoras controlan mucha de nuestra información personal y actividades diarias, el software de propietarios representa un peligro inaceptable para una sociedad libre”. En definitiva, el objetivo de la FSF es defender las libertades individuales mediante la democratización de la informática, asegurando el derecho a la circulación y a la modificación de programas, como solía ser en los primeros días de la computación. Para ello la FSF redactó una licencia de software libre, defendiendo los derechos del usuario, a la que aplican gran cantidad de programadores independientes.
Gracias a su trabajo con la FSF, Stallman se convirtió en el héroe de la puja por el software libre, pasó a ser el rostro del movimiento ubicado en la vereda de enfrente de magnates como Steve Jobs y Bill Gates, que, pese a su publicitadísimo compromiso social, ni se plantean abdicar del copyright. Estas ideas inspiraron el surgimiento de fundaciones sin fines de lucro, mantenidas gracias a donaciones o venta de productos no informáticos (gorras, remeras, mousepads, etc.), completamente dedicadas al desarrollo de software libre, como por ejemplo la Mozilla Foundation, responsable del navegador Firefox, el reproductor multimedia Songbird y el cliente de correo Thunderbird, que exhorta a los usuarios a mejorar sus programas. Gracias a este tipo de colaboraciones hoy pueden encontrarse desde sistemas operativos alternativos como el Ubuntu, hasta aplicaciones sencillas que mejoran el rendimiento del equipo, sustituyen programas molestos (que para colmo uno suele pagar) y para cuyo uso no se necesita ser un experto.
Más allá de lo que puedan aportar específicamente cada uno de estos programas que destacamos a continuación, lo verdaderamente importante de ellos es la concientización que generan, el hecho de que también en la virtualidad del software el usuario tiene el derecho a elegir, a modificar (dando origen a una comunidad de programadores esparcidos a lo largo del mundo) y distribuir un programa. Y también, de paso, demostrar que aquel slogan de “caro, pero el mejor” no tiene por qué ser cierto.
Rocket Dock
Otro software exclusivo para Windows, pero en este caso da la opción al usuario de PC de incorporar una de las características más cómodas del sistema operativo de la Mac. El Rocket Dock agrega al extremo de la pantalla de la PC la barra de accesos directos configurable que facilita la ejecución del soft favorito del usuario. Si bien esto puede parecer más que apenas un lifting, poca gente sabe que un escritorio plagado de íconos afecta el rendimiento de la máquina. Para agregar un ícono a la barra del Rocket Dock basta con hacer click en el mouse en el ícono deseado y arrastrarlo hasta la barra. A lo mejor no sea, como asegura el website, el mejor software de todos los tiempos, pero sin dudas es útil. Y también –¿por qué no decirlo?–, muy bonito.
¿De dónde bajarlo?
Startup Manager
Cuando se enciende una computadora y se inicia Windows, se ponen en marcha de manera automática una enorme cantidad de procesos que el usuario ignora. Muchos de ellos son necesarios para el funcionamiento de la máquina. No obstante, otra gran cantidad son prescindibles, ya que no hacen más que consumir recursos y entorpecer el rendimiento del sistema. Para conocer exactamente qué programas se corren en el inicio y también para impedir su ejecución existe el Startup Manager. Este software libre consiste en un ejecutable liviano que establece un diagnóstico del inicio de la máquina, mostrando cada uno de los programas que se ejecutan con una breve descripción de su función. Una vez allí puede eliminárselos definitivamente del inicio o desactivar temporalmente su ejecución para así comprobar si sirve o no que se abra con Windows. Si bien el Startup Manager viene en inglés, en el sitio oficial se ofrecen traducciones en varios idiomas.
¿De dónde bajarlo?
Songbird
Cuando allá por el 2006 un puñado de programadores que habían participado en el Winamp dieron a conocer la primera versión de prueba del Songbird, algunos dijeron que había aparecido el asesino del I-Tunes. Al igual que el I-Tunes, el Songbird funciona en Mac y Pc, y reproduce todo tipo de archivo multimedia pero sin hacer problemas por la procedencia del archivo, ni insistir al usuario con que compre música en su tienda online. Además, consume muchos menos recursos del sistema. Entre sus características, vale la pena destacar que el Songbird incluye un navegador, y trae buscadores de mp3 de dominio público, es decir, legales. Pero quizá lo más revolucionario que presenta el Songbird –cuya primera versión definitiva tiene poco más de un mes– es la difusión de agregados creados por los usuarios. Por medio de ellos se puede hacer prácticamente de todo, por ejemplo: personalizar la visualización, desplegar la letra de la canción que se está escuchando, agregar radios online, interactuar con el Facebook; sin embargo, es fundamental señalar que el Songbird ofrece la posibilidad de instalar el soporte para el I-Pod (aparatito fashion, sí, pero tiránico, ya que obligaba a usar el I-Tunes y, gracias a ello, Apple consolidó el monopolio de la música online). El Songbird, punta de lanza de la Mozilla Foundation, es un extraño caso de un software cuyo mayor atractivo radica en su eterna construcción y el panteísmo autoral que propone.
¿De dónde bajarlo?
OpenOffice.org
La base de este grupo de aplicaciones pensado como alternativa al Microsoft Office fue creada por unos programadores alemanes con la intención de comercializarlo. Sin embargo, en 1999, cuando la empresa Sun Microsystems lo adquirió, optó por ofrecerlo como software libre. De apariencia similar a su competidor –lo cual facilita la migración– el OpenOffice.org (“Open office” solo estaba registrado, por eso se le agregó el “punto.org”) incluye: el procesador de texto Writer, un programa de hojas de cálculo llamado Calc, Impress, un diseñador de presentaciones y programas algo más especializados para tratar bases de datos y fórmulas matemáticas. Si bien los archivos se guardan en formatos exclusivos de OpenOffice, también es posible hacerlo en formatos compatibles con Microsoft Office. La última versión apareció en octubre del año pasado y funciona a la perfección tanto en PC como en Mac. Además, existen versiones “portables”, es decir, que se ejecutan directamente sin necesidad de instalar nada en el sistema.
Por supuesto, un proyecto tan operativo y simple como Open Office provocó cierto malestar en el establishment. Hace dos años, Microsoft acusó a los programadores de haber utilizado software patentado en su programación. La denuncia no pasó de ser una muestra más del desprecio de Microsoft frente al software libre, ya que al día de hoy nunca se molestaron en especificar cuáles eran estos programas con copyright que se había usado para crear el verdugo del Microsoft Office.
¿De dónde bajarlo?
Recuva
Antes de leer el texto a continuación, hay que instalar este programa. La urgencia se debe a que esto mejora su funcionamiento. Pero ¿qué hace el Recuva? El Recuva es otra aplicación mínima que ahorra gran cantidad de disgustos al usuario, ya que, en estos días en los cuales la escritura en la computadora supera en aficionados a la escritura a mano, el Recuva recupera archivos que se borran o desaparecen de la máquina, ya sea por un espasmo que aprieta el botón equivocado, un virus, un corte de luz o algún motivo más extraordinario (siempre y cuando el equipo quede en una pieza). Para ello conviene instalarlo antes de la emergencia, ya que la instalación de un programa consiste en agregar nuevos datos al disco rígido, alejando las posibilidades de recuperar la información perdida. Pero no sólo sirve para recuperar archivos en la máquina sino que Recuva también funciona en pen drives, cámaras de fotos y reproductores de mp3. Es necesario tener bien claro que esta operación tan delicada, como decía Tusam, puede fallar. Sin embargo, el elevado margen de efectividad obliga a hacer el intento. Por el momento, Recuva está disponible sólo para Windows.
¿De dónde bajarlo?
Task Killer
El minúsculo tamaño del Task Killer puede engañar, pero de ninguna manera se corresponde con su utilidad. El hecho de que sea exclusivo para Windows no debería despertar celos, ya que el Task Killer es especialmente útil para cuando la máquina se traba, lo que en la Mac sucede con menor frecuencia. Cuando un programa se traba y no se lo puede cerrar suele combatírselo con la combinación “ctrl/alt/delete”, que rara vez soluciona la situación. Ahora, con el Task Killer, aquella secuencia queda obsoleta. Al ejecutar este soft se agrega un ícono al margen derecho inferior de la pantalla (junto a la hora); al clickear se abre una ventana que muestra qué procesos se están llevando a cabo en la máquina y cuánta memoria consumen (al igual que el Startup Manager, revela programas que se ejecutan automáticamente sin nuestro conocimiento ni consentimiento). Allí, los programas que no responden aparecen destacados en letra roja y basta con un simple click para cerrarlos. El Task Killer resulta una herramienta fundamental, cuyo uso se recomienda de manera conjunta con la barra del Rocket Dock.
¿De dónde bajarlo?
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