Falleció Donvi, un padre, un maestro, un amigo.

Una persona muy influyente en la historia del rock y la cultura argentina, que sin embargo se mantuvo siempre en segundo plano. Humilde, campechano, casero, hombre de barrio, mate y charla. Rubens, junto con su mujer, Esther Soto, fue el creador de los Músicos Independientes Asociados, la primera cooperativa musical eficiente y sustentable que, a través de su inspiración, cambió la historia de la industria sonora en Argentina. Sin esa inspiración, hoy no tendríamos una floreciente producción autogestionada y grupos como Los Redonditos de Ricota, Pez, La Renga, Los Piojos, y decenas de cantautores que generan creatividad en todos los rincones del país.

En 1977, cuando con Jorge Pistocchi estábamos tratando de descubrir cuál era la misión del Expreso Imaginario en esos tiempos durísimos de la dictadura, encontramos en su casa de Villa Adelina un refugio y un semillero de amistades eternas. Pero sobre todo encontramos en Donvi una brújula humana que, con una ternura y una pureza que no he vuelto a encontrar en ningún rincón del planeta, nos mostró el camino. Y ese camino era sencillo: apoyar los procesos creativos, dejar a cada artista y periodista encontrar su propia voz, estar juntos en base a nuestras diferencias. Y trabajar en silencio, persona a persona, en una época de represión y censura.

Rubens y Esther ya conocían la represión y la censura. Rubens vivó personalmente el drama de los bombardeos a Plaza de Mayo en el ’55 y su militancia sindical lo llevó a la cárcel y al exilio interior antes de encontrar, a través de sus alumnos de música, la posibilidad de realizar sus sueños de autogestión e independencia.

Como profesor, Donvi también se convirtió en una leyenda. Desde chiquito tocaba el piano con enorme solvencia y fue desarrollando –en medio de incontables actividades diversas para ganarse el pan– un método de enseñanza a través de la improvisación y la exploración propia del alumno. Sus discípulos se sorprendían cuando, en las primeras clases, empezaba demostrando que en realidad Bach, y muchos de los grandes compositores que hoy están tallados en bronce y parecen intocables, improvisaban en sus conciertos como lo haría hoy un músico de jazz.

Los Redondos nacieron bajo su ala, en el estudio de la casa de los Vitale. Su manager, Poli, aprendió de ellos el método de ahorrar en los conciertos para pagar por adelantado el próximo disco. Y los tantos talentos en ese criadero libertario que fueron los Músicos Independientes Asociados, MIA. Y sus hijos Liliana y Lito haciendo sus brillantes carreras desde el sello de grabación propio, Ciclo 3. Y la Unión de Músicos Independientes, UMI, que tiene miles de grupos y solistas asociados para autoproducir y distribuir sus creaciones. La UMI hoy está en la vanguardia de la lucha por la ley de la música. Y los “Cancionistas del Río de la Plata” (Grinjot, Dacal, Lebrero, Mantel, Singer, etc.) hace pocos días dieron una cátedra ejemplar de unión y trabajo –los valores que Donvi les enseñó– organizando un maravilloso recital en el Teatro Coliseo.

Para todos nosotros, Donvi fue el padre compañero y ejemplar que no tuvimos. Nos enseñó que las cosas se pueden hacer en paz, con consenso, todos juntos, sin depender de los poderes económicos o políticos. Con tipos como Rubens Vitale, otro mundo es posible.