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Domingo, 2 de marzo de 2014

PERSONAJES. LA FAN RUSA DEL ROCK ARGENTINO NATASHA SABíROVA QUE HOMENAJEA A SPINETTA EN MOSCú Y EN YOUTUBE

QUEDÁNDOTE O YÉNDOTE

 Por Sergio Marchi

La música no tiene fronteras y la breve historia de Natasha Sabírova lo ratifica. Su biografía es breve, porque su vida recién comienza: moscovita, de 18 años, amante de la música, fanática de The Beatles... y del rock argentino. A tal punto que conoce palabras como “miel”, “alba”, “tiza”, que aprendió escuchando “Muchacha ojos de papel” de Almendra. Quizás esos vocablos tan poéticos no le hayan servido mucho para el diálogo porteño en su reciente visita a Buenos Aires, pero son los que sentaron las bases para su aprendizaje del castellano, idioma al que todavía no se le anima demasiado, pero más por inseguridad que por desconocimiento. Incluso incorporó expresiones porteñas como “se vemo’” o “essssa”, cuando alguien acierta alguna palabra en ruso.

La historia de Natasha y su amor por el rock argentino arranca unos años atrás, precisamente en 2010, cuando el site más grande dedicado a The Beatles en Rusia decidió hacer una gran celebración e invitó a algunas de las bandas tributo más conocidas del mundo, entre ellas la argentina Nube 9, liderada por Fernando Blanco, que es habitué en España, Liverpool, Rusia y ahora se extiende hacia Estados Unidos. “Por supuesto –explica Nata-sha con su amplia sonrisa–, nadie se podía perder ese recital. Hubo bandas de toda Rusia y como invitados especiales la Pete Best Band y Nube 9, que nos encantó a todos. Después del show otras chicas y yo nos hicimos amigas de la gente de la banda. Y poco a poco empecé a interesarme por la cultura argentina, porque estaba muy lejos y parecía muy diferente de la nuestra.”

A través de Facebook, Natasha recolectó información sobre el rock argentino, y le recomendaron a Soda Stereo, Seru Giran y Luis Alberto Spinetta. “No sé por qué, pero de todos Spinetta fue el que más me gustó. No todo, por supuesto, porque a veces es difícil comprenderlo sin saber bien el idioma, pero la música, las emociones y los sentimientos sí los comprendí. Escuchando las canciones, leyendo las letras, y mirando los videos de entrevistas en YouTube, fui aprendiendo castellano.” En el medio de su curso acelerado, falleció el Flaco. “Quería hacer algo por mis amigos spinetteanos en Argentina y pensé que un video para una canción podría ser interesante.” Eligió “Quedándote o yéndote” de Kamikaze, y logró un resultado emocionante, que se puede apreciar en YouTube buscando el “homenaje ruso a Spinetta”.

El clip es muy simple; en una Moscú nevada, con sus edificios emblemáticos detrás, aparecen fotos de anónimos rusos sonriendo y portando carteles con la letra del tema, al estilo de Bob Dylan en “Subterranean Homesick Blues”. Así la letra resalta y cobra un significado aún más profundo del que de por sí tiene. El final es con la propia Natasha sosteniendo un cartel que dice “gracias, Flaco”. “Me tomó una semana –explica Sabírova–, porque era invierno y en Moscú anochece muy temprano. Simplemente le preguntaba a la gente si podía tomarles una foto mientras sostenían el cartel con su parte de la letra, les traducía el significado y les explicaba un poco quién era Spinetta. Algunos no quisieron porque no me conocían, pero otros se interesaron e incluso me pidieron que les mandara el link del video.”

Tanto amor tuvo su recompensa y los padres de Natasha decidieron premiarla por haber ingresado a la universidad comprándole lo que más ansiaba: un boleto de avión a Buenos Aires. Es así como aterrizó en Argentina a fines de enero de este año y se dedicó a visitar a todos los amigos que había hecho a la distancia y a ver shows de Nito Mestre, Kapanga, el Cuarteto de Nos, Nube 9 (“¡por supuesto!”, enfatiza) y Machi-Epumer-Judurcha. “¡Todos estuvieron fantásticos! Viví en Virrey del Pino, en La Matanza, pero viajábamos todos los días a Capital. Adoro Buenos Aires con esos edificios, más chicos que los que hay en Moscú, y me gustaron tanto las construcciones parisinas que hay en Palermo como las que se ven en provincia. Me encantaron Tigre y Bernal, por sus calles verdes y arboladas. Y ver a la gente comunicándose con los demás; quizá sea algo que ustedes no puedan notar, pero es algo grandioso que te hace sentir viva como persona, que no estás en un lugar vacío. Creo que los rusos y los argentinos tenemos mucho en común: nos gustan las vacaciones, no hacer nada, y estar disponibles para los amigos. Somos dos pueblos locos. Pero en la actualidad creo que los rusos somos más gruñones y desconfiados que los argentinos. Esa es la mayor diferencia.”

El rock no podía estar ausente de sus paseos y visitó la calle Iberá, donde Luis Alberto Spinetta residió los últimos años de su vida. “Vimos su casa y me saqué algunas fotos allí, pero otro día pudimos visitar la casa familiar en Arribeños. Todavía no puedo creer haber estado allí, donde todo comenzó.” El aprendizaje de castellano continúa actualmente en Moscú, con repetidas escuchas de “Fuerza natural” de Gustavo Cerati. “Quiero conocer mejor su música. Pero hay tantas canciones que me gustan, como las de Charly García, sobre todo en Sui Generis, y todo el rock de los años ’60 y ’70. Mis favoritas son: “Seguir viviendo sin tu amor”, de Luis Alberto; “Muchacha, ojos de papel”, de Almendra; “Presente”, de Vox Dei; “Cuando ya me empiece a quedar solo”, de Sui Generis; “De música ligera”, de Soda y “Adiós”, de Cerati, y “Siempre”, de una banda de Quilmes llamada Funes y la Doble.

En tiempos difíciles para el rock argentino, que atraviesa una larga transición donde la renovación no parece progresar todo lo rápido y fuerte que se quisiera, la historia de Natasha Sabírova nos refresca la capacidad de nuestra música de inspirar, interesar y enamorar. Ese viejo cancionero, que a veces se ningunea por la repetición intensiva o por formar parte de un pasado no tan distante como para convertirse en monumento, pero sí para ser considerado, justamente, “viejo”, tal vez nos represente mucho mejor de lo que nosotros mismos sepamos. “No esperaba tanta hospitalidad –concluye Natasha–; viví con mis amigos y nunca me sentí lejos de casa, sino que me sentí en casa. Estoy contenta de que mis padres me hayan regalado este viaje y me hayan dejado venir sola. ¡Ahora van a tener que entender que quiero ir a vivir allá!”

El tributo ruso a Spinetta de Natasha Sabírova se puede ver en https://www.youtube.com/watch?v=mrlbjFKuLmg

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